El Gobierno zimbabuense recrudece su campaña de intimidación contra la oposición

Harare.-  La Policía de Zimbabue detuvo hoy a más de 200 personas en una sede del opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), a dos días de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en el país.

La mayoría de los arrestados son seguidores del MDC que habían buscado refugio en el edificio del partido para escapar de los violentos ataques de las milicias de la gubernamental Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF) del presidente zimbabuense, Robert Mugabe.

Mugabe se presentará como candidato único en los comicios del viernes debido a que el MDC retiró a su líder, Morgan Tsvangirai, de la contienda electoral debido precisamente a los ataques e intimidación a que están sometidos sus seguidores en todo el país.

El portavoz oficial del MDC, Nelson Chamisa, dijo a Efe que una decena de policías armados registraron el edificio del MDC y se llevaron a 200 personas, incluidos miembros de la plantilla administrativa de la sede.

"Entre los detenidos hay mujeres embarazadas y madres con hijos de corta edad, que buscaban refugio. Sus casas han sido incendiadas y algunos han sido golpeados", añadió Chamisa.

La Policía dijo que sus efectivos habían allanado la sede del MDC en busca de "los culpables de la violencia que se ha desatado en Zimbabue".

"No podemos precisar cuantas personas han sido detenidas, pero todas son sospechosas de haber cometido crímenes en el campo", dijo el portavoz de la policía, Wayne Bvudzijena.

Esta redada fue la tercera llevada a cabo en los pasados cuatro días por las fuerzas de seguridad zimbabuenses contra sedes del MDC, cuyas manifestaciones públicas han sido sistemática y violentamente interrumpidas durante toda la campaña electoral por grupos armados liderados por veteranos de la guerra de independencia de Zimbabue.

Según el MDC, casi cien de sus seguidores han sido asesinados por las bandas armadas de la ZANU-PF, centenares se encuentran en prisión por participar en la campaña de Tsvangirai y miles han debido huir de sus lugares de origen para no ser víctimas de la violencia política desatada por el partido gubernamental.

Cuando Tsvangirai anunció por primera vez el domingo pasado que se retiraba de las elecciones puntualizó que participar en las mismas significaba "agresiones físicas y hasta la muerte para los seguidores del MDC".

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó el lunes la campaña de violencia desatada contra la oposición zimbabuense y advirtió de que estas acciones impiden la celebración de unas elecciones presidenciales "libres y justas".

El Gobierno ratificó ayer, martes, que irá adelante con la segunda ronda de las elecciones presidenciales pese a que el MDC retiró formalmente la candidatura de Tsvangirai, lo que convertirá a los comicios en la "carrera de un solo caballo" y permitirá a Mugabe conservar el poder.

Mugabe, de 84 años y que ha gobernado ininterrumpidamente a Zimbabue desde su independencia del Reino Unido en 1980, ha jurado que el MDC nunca gobernará mientras él y quienes lucharon por la liberación zimbabuense estén vivos y la semana pasada afirmó que "sólo Dios" podría retirarlo del cargo.

"Sólo Dios, quien me ha designado, me retirará, no el MDC o los británicos", dijo Mugabe durante una manifestación de la ZANU-PF.

Tsvangirai, admitió hoy que la mejor manera de sacar a Zimbabue de la crisis es llegar a un acuerdo negociado con el Gobierno, pero que ello no será posible mientras este último no libere a todos los prisioneros políticos.

"Un acuerdo político negociado, que permita comenzar un proceso de reconciliación nacional, reconstrucción económica, la provisión de asistencia humanitaria y la democratización, es lo mejor para el país, pero no podemos negociar mientras el Gobierno mantenga en la cárcel a cerca de 2.000 prisioneros políticos", dijo Tsvangirai.

El dirigente opositor zimbabuense hizo estas declaraciones durante una conferencia de prensa celebrada en su casa de Harare poco después de salir de la embajada holandesa en esta capital, donde estaba refugiado desde el domingo pasado y a la que regresó poco después de su encuentro con los medios de comunicación.

"Todos los prisioneros políticos, incluido nuestro Secretario General, Tendai Biti, deben ser liberados inmediatamente, caso contrario no habrá negociaciones" con el Gobierno, aseveró Tsvangirai.