Ertzaina dice que halló ADN del acusado en la explosión de la sede PP Ermua

Madrid.-  Un ertzaina ha asegurado hoy que se encontró ADN de Sabin Mendizabal Plazaola, acusado de colocar un artefacto explosivo en la sede del PP de la localidad vizcaína de Ermua en 2003, en el lugar de la explosión, en el juicio que ha quedado visto para sentencia en la Audiencia Nacional.

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(EFE)

La Audiencia Nacional ha juzgado esta mañana a Sabin Mendizábal, acusado de colocar un artefacto explosivo casero, que no causó víctimas, en la sede del Partido Popular de la localidad vizcaína de Ermua el 21 de mayo de 2003, hechos por los que el fiscal pide para él 8 años de cárcel.

Según el fiscal, que ha mantenido su petición de ocho años de cárcel para Mendizabal por un delito de estragos terroristas y otro de tenencia de explosivos, es precisamente este ADN, hallado en unos guantes de látex encontrados en el interior de un bolsillo lateral de la mochila explosionada, el que acredita que fue Mendizabal el autor de la deflagración, que sólo causó daños materiales.

Durante el juicio, varios peritos han explicado que tras la detención del acusado el 18 de enero de 2006 se analizaron restos biológicos del mismo y que estos coincidían con los encontrados en uno de los guantes.

Sin embargo, la defensa ha alegado que esta prueba no es suficiente para inculpar a Mendizabal, ya que "sólo acredita que como mucho tocó los guantes", que según la letrada podrían haber sido introducidos en otro momento en la mochila, que pudo ser utilizada por uno de las siete personas con las que Mendizabal vivía en el caserío Lerun-Txiki en Elgoibar (Vizcaya).

El acusado, que ha negado los hechos pero ha reconocido que en 2003 se encadenó en el puerto guipuzcoano de Lezo en protesta por la construcción del superpuerto de Pasajes y que "quizás" colocó carteles de la organización Haika en 2001, ha explicado que vivía en una casa ocupada en la que todo se compartía y que solía utilizar guantes para las labores domésticas y el tratamiento de madera.

Según las conclusiones del fiscal, el artefacto explosivo incendiario, que no llegó a deflagrar en su totalidad, suponía "un alto riesgo para la integridad física y la vida de las personas" ya que se trataba de una calle principal y fue colocado "con la intención de causar el mayor daño posible".

"Era indudablemente hábil para producir los efectos deseados, simplemente fue una incorrecta colocación por lo que no se produjo la explosión", ha señalado basándose en la explicación dada por un perito, que ha asegurado que de haberse producido una explosión completa "podría haber alcanzado tranquilamente una distancia lesiva de setenta metros".

Asimismo, el ertzaina que instruyó el caso ha explicado que el artefacto explosivo utilizado era similar a los utilizados en actos de violencia callejera como los del 22 de septiembre de 2003 en la casa del pueblo del PSE-PSOE en Eibar o el 7 de diciembre de ese mismo año en un aparcamiento próximo a la sede del PP en Ermua.