La lentejuela se vuelve cotidiana

El tejido de lentejuela definitivamente ya no es lo que era. Si hace unos años era considerado como una macarrada festiva que a la hora de la verdad no se ponía nadie, hoy su uso se ha generalizado mucho más allá de las fiestas de Nochevieja cutres. De hecho, desde hace unas cuantas temporadas es una tendencia de moda de lo más aceptada y, sobre todo, respetada. Es más, se utiliza mucho más allá de las ocasiones especiales, estando totalmente incorporado a la vida normal -siempre que no trabajes en un seriote despacho de abogados, claro-. La lentejuela se ha instalado y para quedarse en nuestro armario; nosotros no estaremos para fiestas, pero los trapos sí.

Una tarde de paseo con tu novio... y una minifalda de lentejuelas. ¿A que ya no suena tan raro?

La normalidad ha llegado a la lentejuela o la lentejuela a la normalidad. Este tipo de tejido ya no es ni mucho menos exclusivo de la noche, alfombras rojas o uniforme de jinetera. Muy al contrario, su precio se ha abaratado tanto que no hay gran cadena que no la tenga en sus perchas, y su uso se empieza a generalizar hasta en el día a día. Algunos llaman a este fenómeno secret sequins, es decir, lentejuelas secretas, porque son mucho más discretas y elegantes que las que podríamos ver temporadas ha. También se habla de ellas como el otro bling, una nueva manera de ver el fenómeno bling bling infinitamente menos ostentosa.

Esto ha sucedido porque la lentejuela ha dejado de ser territorio exclusivo del vestido, utilizándose en otras muchas prendas que no son necesariamente de fiesta. Ya este verano pudimos constatar cómo estas piezas proliferaban por todo tipo de prendas de uso diario: camisas, tops, chalecos... Empezamos hace tiempo con los panties, y continuamos ahora con los leggings, una prenda que como demuestra el look de esta bloggera se puede llevar perfectamente en el día a día sin parecer una vedette. De hecho, los pantalones de este tipo son must total de temporada.

En Topshop las lentejuelas abundan en docenas de prendas, aunque no todas son muy acertadas. Entre las menos, esta especie de braga faja bastante difícil de llevar fuera de un escenario (y bien que lo demuestra Taylor Momsen). De las más factibles, nos quedamos con esta presencia testimonial de lentejuelas plateadas en un lazo sobre fondo negro.

Las minifaldas de lentejuelas son otras de las piezas más buscadas este otoño, preferiblemente lisas y en colores muy oscuros para poder lucir con una cierta normalidad. La tenemos en Blanco, absolutamente perfecta, simple y asequible. Lo mismo podemos decir de ésta de Berskha, aunque tiene pinta de ser imposible de encontrar ya a estas alturas. Hasta la sección de moda de The Examiner asegura que esta faldita es imprescindible este otoño. En cuanto a los tops, de nuevo vemos cómo surgen muchos a medio camino entre lo festivo y lo cotidiano, según cómo lo combinemos. Por ejemplo, éste de Mango con estampado de cebra no destacará mucho a diario con vaqueros, pero para la noche nos iluminará sobre unos leggings negros. Obtendremos el mismo efecto con este otro top de rayas, casi deportivo.

Los blazers, las chaquetas que siguen arrasando casi en cualquier ocasión de nuestra vida, también se cubren de lentejuelas. ¿Qué tal la de Stradivarius si nos la ponemos con unos vaqueros? Aunque para ir a todo lujo, Sonia Rykiel apuesta por el dorado más ostentoso... ¡aunque muy kitsch! Estas americanas brillantes son lo más y algunos las han llevado al extremo en forma de traje con el pantalón a juego, como ha hecho Gucci, aunque dudamos de su aceptación en una oficina normal. Sorpréndete, la lentejuela se ha sembrado hasta en abrigos como el poncho. Y tú, ¿te atreves con las lentejuelas en tu vida cotidiana?