Condenado a 15 años el anciano que mató a su mujer en Gran Canaria

Las Palmas de Gran Canaria.-  La Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a un total de quince años de cárcel al anciano de 88 años Francisco Cruz Alba por matar a su mujer en 2006 en Gran Canaria y maltratar a su familia durante los 56 años de matrimonio.

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(EFE)

Francisco Cruz Alba, de 88 años, durante el juicio contra él en la Audiencia Provincial de Las Palmas, y en donde se le acusa de haber matado a su esposa en 2006 y de malos tratos a su familia durante los 56 años del matrimonio. EFE/Archivo

El tribunal ha sentenciado al acusado a trece años de prisión por un delito de homicidio y a otros dos años por otro delito de malos tratos habituales en el ámbito familiar.

Asimismo, Francisco Cruz deberá pagar una indemnización de 50.000 euros a cada una de sus cuatro hijas, a quienes tiene prohibido acercarse a menos de quinientos metros durante cinco años.

La sentencia señala que el acusado presenta "un cuadro predemencial con una personalidad muy machista" que se ha ido incrementando con la edad, así como "una personalidad desestructurada".

Se considera probado, en cualquier caso, que las acciones por las que se le condena se iniciaron muchos años atrás, desde el comienzo de su matrimonio, y se dirigieron tanto hacia su esposa como hacia sus cuatro hijas, "a las que en todo momento sometió a su total control, generando una situación de miedo y dominación constante" en toda su familia.

Así se señala en el apartado de hechos probados, donde se precisa que mujer e hijas "sufrieron, de forma reiterada, los golpes" del ahora condenado, quien amenazó en diversas ocasiones con matarlas, hasta el punto de que, "siendo aún pequeñas (las hijas), huyeron del domicilio familiar, dado que les dijo que, si al regresar estaban aún allí, las rajaría".

"Todo ello para crear un estado de temor constante que, incluso, hoy se mantiene en algunas de sus hijas", se subraya.

En el texto se relata que los malos tratos fueron en aumento, "aún cuando las hijas acabaron por abandonar el domicilio familiar y el matrimonio compuesto por Elisa y Francisco se trasladó a Málaga".

Desde dicha ciudad acabó, de hecho, por huir la mujer ante la actitud de su marido en dos ocasiones, una en que se refugió en Las Palmas de Gran Canaria pensando en pedir el divorcio, aunque sin llegar a hacerlo finalmente "ante las promesas de cambio" de su esposo, y otra en que huyó a casa de una hija en Mallorca cuyo domicilio desconocía éste.

La pareja, no obstante, acabó por reencontrarse meses después, cuando un yerno falleció en Las Palmas de Gran Canaria y ambos viajaron a la ciudad para acudir a su velatorio.

Allí, en casa de una de sus hijas, es donde el hombre "mantuvo una conversación con su esposa en el jardín en el curso de la cual, en un momento dado, cogió un cuchillo, de unos ocho centímetros de hoja, y, con la finalidad de acabar con su vida, se lo clavó fuertemente en el tórax", prosigue el relato de los hechos probados.

Y destaca: "la víctima, antes de morir, pudo llamar a su nieto Iván, que se encontraba en la cocina, al que dijo 'me ha clavado un cuchillo', viendo en ese momento a su abuelo, Francisco Cruz Alba, con el cuchillo ensangrentado en la mano".

"Cuchillo que le arrebató y, mientras trataba de auxiliar a su abuela, le oía decir 'ves cómo no podía vivir sin ti", se agrega en el texto.

Tras especificar, en los fundamentos de Derecho, que "no estamos ante una persona más o menos desagradable que se limita a hacer uso de expresiones vejatorias", sino ante una persona "violenta, agresiva y que decidió someter a su mujer y sus hijas por la vía de la violencia física, psicológica, la humillación personal y la amenaza de muerte", concluye el tribunal que Francisco es culpable de un delito de homicidio y de malos tratos habituales.

Razón por la que le impone la referida pena de prisión, el pago de indemnizaciones a sus hijas y el alejamiento de éstas, en un fallo contra el que cabe interponer recurso de casación, según se detalla en la sentencia.