Funes hereda un El Salvador asediado por asesinatos, narcotráfico y pandillas

San Salvador.-  El presidente electo de El Salvador, Mauricio Funes, asumirá el próximo 1 de junio las riendas de un país asediado por los asesinatos, las extorsiones, el narcotráfico y las violentas pandillas.

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Todos estos delitos se han convertido en una mezcla peligrosa para este pequeño país centroamericano de poco más de 5,7 millones de habitantes, que registra el preocupante promedio de entre 10 y 12 homicidios cada día.

Las autoridades de seguridad atribuyen gran parte de los delitos perpetrados en el país a las pandillas, que en su mayoría están integradas por jóvenes de escasos recursos, a los que también se les vincula con el crimen organizado.

Este fenómeno, que tuvo su origen en EEUU entre inmigrantes centroamericanos, es parte de la agenda de Washington, que destina parte de la ayuda a esta región a combatir la expansión de estas agrupaciones y su vinculación con los carteles del narcotráfico.

Para el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador, Jorge Daboub, la administración que en los últimos cinco años ha dirigido el presidente Elías Antonio Saca fue poco eficaz para resolver el problema de la delincuencia.

"Hay temas negativos, que creemos que han quedado pendientes. Uno de ellos ha sido la incapacidad de las instituciones en los temas de seguridad para contrarrestar la violencia", dijo el empresario recientemente a la prensa local.

El dirigente advirtió que la violencia es uno de los principales obstáculos para que los "proyectos económicos lleguen a feliz te

Han sido múltiples los casos en los últimos años de asesinatos de empresarios y trabajadores del transporte como una supuesta represalia por negarse a pagar las extorsiones.

Cifras del Instituto Salvadoreño de Medicina Legal y la Policía Nacional Civil (PNC) difundidas por los medios locales indican que en 2003 se reportaron 2.388 homicidios, 2.933 casos al año siguiente, 3.812 asesinatos en 2005 y 3.928 en 2006, mientras que en 2007 los homicidios bajaron a 3.497 y volvieron a subir en 2008, cuando sumaron 3.917 casos.

Entre enero y el pasado 15 de mayo, se habían registrado 1.576 muertes violentas, lo que representa un promedio diario de 11,6.

Las estadísticas revelan que durante la administración saliente, se ha registrado cada año, salvo en 2007, un alza en el número de homicidios, pese a que en agosto de 2004, año en el que Saca llegó al poder, lanzó el "Plan Súper Mano Dura" contra las pandillas.

Por su parte, el director de la PNC, José Luis Tobar, y la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés), que colabora con las autoridades locales en diferentes acciones para erradicar el problema, consideran que estos grupos colaboran con los carteles de la droga.

Las pandillas tienen sus orígenes en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, donde jóvenes centroamericanos se agruparon para defenderse de otros grupos raciales, y su llegada a la región se atribuye a las masivas deportaciones desde EEUU.

Christian Poveda, el director del documental "La Vida Loca", que trata sobre el grupo "Mara 18" que opera en un barrio salvadoreño, dijo Efe que las autoridades han usado las pandillas como "una cortina de humo" para esconder el grave problema del narcotráfico y la corrupción que existe en el país.

No negó, sin embargo, la violencia que desatan la "Mara 18" y la "Mara Salvatrucha (MS)", grupos considerados enemigos acérrimos y los más grandes que operan en El Salvador, al señalar que viven en una "guerra" contra la sociedad.

Poveda, quien tiene las nacionalidades española y francesa, propuso a Funes que propicie una tregua entre las pandillas para frenar la violencia, al considerar que las acciones punitivas han "fracasado".

"Si hay una voluntad de resolver el problema, (es necesario) establecer una tregua, establecer los caminos de comunicación para que esa tregua exista y a partir de allí se estudien las posibilidades realmente de llegar a una paz social en este país", agregó Poveda.