Empresa de agua dice que resolverá en 90 días el exceso de boro en Las Palmas

Las Palmas de Gran Canaria.-  La empresa de aguas de Las Palmas de Gran Canaria, Emalsa, prevé resolver "en un plazo inferior a noventa días" el exceso de boro que ha obligado a restringir el uso del agua de abasto en la ciudad y "comprende las críticas" que suscitó su información al respecto, según anunció hoy.

En un comunicado con el que destaca que "quiere sumarse a la movilización de la sociedad en defensa del agua de calidad de la ciudad", la compañía insiste en que el nivel de boro es, de hecho, inferior al que se registraba en 2006, merced a una estrategia de mejora de infraestructuras que puso en marcha ese año a tal fin, y en que sólo está "ligeramente por encima del límite establecido".

Admite, no obstante, que "la restricción establecida (que limita a la limpieza y la higiene personal el empleo del agua de abasto en diversas zonas de la capital) se mantendrá hasta que se subsane la alteración y la Administración Sanitaria Autonómica proceda al levantamiento de la misma".

En todo caso, reitera que en los últimos años "la calidad del agua distribuida en Las Palmas de Gran Canaria no ha sufrido ningún empeoramiento", y apostilla: "todo lo contrario, los resultados analíticos indican una mejora en los índices de calidad".

Además, recuerda que "Emalsa ha habilitado desde este lunes una línea de coste cero, un teléfono de información gratuita, que es el 900812636", a fin de que los ciudadanos puedan resolver sus dudas sobre el problema y qué precauciones deben tomar.

Todo ello, recalcando que la empresa "comprende las críticas que ha recibido -según señala- por el cumplimiento estricto de la legislación, que obliga a notificar a los órganos supervisores".

"En absoluto la cuestiona. Se limita a cumplirla de manera estricta, como no puede ser de otra forma", apostilla.

El comunicado de Emalsa se ha hecho público después de que organizaciones de consumidores y empresariales hayan anunciado su propósito de denunciar por vía jurídica su actuación, la del Ayuntamiento y la de la Consejería de Sanidad canaria, en la medida en que el problema del exceso de boro en el agua de abasto de la ciudad se conocía meses antes de que se hiciera público.