La teoría del Everest o el César Alierta escalador

Para hacer cumbre en el Everest hay que empezar por el campo base. Esto es algo que no sólo saben los más experimentados escaladores sino que también lo practican en el ámbito económico los más importantes empresarios. César Alierta, actual presidente de Telefónica, es uno de ellos. El empresario zaragozano se ha enfrentado en su larga trayectoria a bastantes ochomiles del ámbito empresarial: privatizó la estatal Tabacalera con éxito y ha convertido a Telefónica en una descomunal multinacional. La montaña que ha empezado a escalar hoy llevaba años esperándola.

Sergio Perez (REUTERS)

Alierta en el banquillo.

El caso Tabacalera, la causa que apuntó con el dedo a Alierta y su sobrino, Luis Javier Plácer, por presunto uso de información privilegiada en la compraventa de acciones de la tabaquera entre 1997 y 1998, ha iniciado hoy su fase de juicio oral después de que el Tribunal de la Audiencia Provincial de Madrid que lleva el caso desestimara ayer las cinco cuestiones previas en las que la defensa solicitaba la nulidad del juicio.

"Llevo mucho tiempo esperando este momento porque se han dicho muchas mentiras en este tiempo". Alierta, botella de agua en mano y rodeado de todos sus letrados, se ha sentado frente a la presidenta de la sala para contestar las preguntas del fiscal tras siete años de batallas que han ido encaminados a evitar el juicio oral. Dicen quienes le han visto en más saraos que hoy ha estado tranquilo.

Es 1997. Alierta lleva apenas un año al frente de la empresa semipública Tabacalera (el Estado posee un 52% del capital). La intención del directivo es hacer de la tabaquera (llamada posteriormente Altadis) una gran empresa y por ello ha anunciado que desea entrar en el mercado norteamericano. Se deciden por Havatampa, una tabaquera estadounidense que no cotiza en Bolsa. "¿Estaban ustedes 'escalando' más montañas señor Alierta?", pregunta el fiscal Alejandro Luzón, ya de vuelta en 2009. "Ninguna", contesta sin mirarle el presidente de Telefónica.

La intención del ministerio público es probar que el directivo sabía desde mucho tiempo antes al 11 de septiembre de 1997 que efectivamente se iba a comprar Havatampa. El objeto que se juzga es que el sobrino de Alierta compró y vendió acciones de la empresa tabaquera por 386 millones de pesetas haciendo uso, supuestamente, de información privilegiada que conocía su tío por la posición que ocupaba entonces: Tabacalera iba a comprar la estadounidense Havatampa y se iba a decretar una subida de los precios de las cajetillas de tabaco. Ante tales acusaciones Alierta contesta con el símil de moda de este jueves de abril: "El señor fiscal se cree que se llega al Everest cuando se está en el campo base [...] y a la cima no se llega hasta que se firma la compra".

El fiscal Luzón —que se ha quedado solo después de que la acusación popular que presentó la querella se retirara de la causa horas antes del inicio del juicio— trata de demostrar que la compra de las 'tabacaleras' se hizo con intención, algo que le podría costar al directivo de Telefónica hasta 4 años y medio de cárcel. Para ello aduce la revalorización de las acciones tras anunciarse la compra de la compañía americana. Alierta, que fue asesor y empleado de banca hace años, intenta desmontar la hipótesis que relaciona ambas variables: el día siguiente a que se anunciara el hecho relevante en el regulador bursátil, los valores de la tabaquera cayeron un 0,5%. Además, añade más tarde, la subida del precio del tabaco rubio llevaba pendiente casi un año tras el alza del tabaco negro por lo que el mercado bursátil ya tendría que haber "digerido" antes la supuesta subida. Otro ataque a la escalada del fiscal.

Dos horas después de haber iniciado su testimonio Alierta dice la frase que todos esperan: "no he comprado ninguna acción de Tabacalera ni directa ni indirectamente y no he ganado ni un duro". En el transcurso de la tarde varios testigos pasan por delante de la presidenta del tribunal, Manuela Carmena, intentando esclarecer los puntos menos visibles de un caso que dura ya 12 años. A los laterales preguntan y escuchan los miembros de la defensa y el ministerio fiscal. Seguro piensan en la forma de poder llegar a su particular cima del Everest.