Javier Moro dice que "nadie se llama Gandhi en la India impunemente"

Málaga.-  El escritor Javier Moro, que relata en su último libro, "El sari rojo", la historia de Sonia Gandhi y de toda la dinastía Nehru-Gandhi, cree que estos personajes están "arrastrados por su destino" y tienen "algo de predestinación", porque "nadie se llama Gandhi en la India impunemente".

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(EFE)

El escritor madrileño Javier Moro.

"Sonia ha hecho ascos a la política toda su vida, ha intentado que no se metieran en política su marido, Rajiv, y sus hijos, porque sólo quería vivir una vida familiar y ser restauradora de arte, pero en un momento de su vida se vio arrastrada por el apellido Gandhi, se metió en política y arrasó, y se convirtió en la mujer más poderosa de la India", ha dicho Moro en una entrevista con Efe.

El escritor madrileño, que presenta su libro esta tarde en Málaga, lo encuadra en el género que en Estados Unidos se denomina de "no ficción dramatizada", que en España "se hace poco, porque sale caro y hay que investigar mucho".

Al no haber contado con la colaboración de la propia Sonia, se ha visto obligado a "asaltar la especie de fortaleza donde vive, encontrar las fisuras y hablar con la gente que la ha conocido".

Por ello, han sido tres años y medio de trabajo "muy intenso" en los que no sabía si podría acabar el libro, porque le faltaban partes y no quería inventarse, por ejemplo, la historia de amor entre Rajiv y Sonia.

"Quería saber exactamente cómo había ocurrido, y no lo conseguí hasta que encontré al ex estudiante de Cambridge que los presentó. Tardé mucho en localizarlo, y luego resultó que vivía jubilado en Marbella", ha explicado Moro, autor también de la exitosa novela "Pasión india" sobre la vida de Anita Delgado, la malagueña que enamoró al maharajá de Kapurthala.

Sonia vive ahora "fiel a lo que ha siempre ha sido, hija de una familia muy pobre, nacida en 1946 en plena posguerra en Italia, con el carácter de los montañeses, estrictos, cerrados y poco dados a la vida social".

Javier Moro conoció personalmente a Sonia en mayo y ésta se mostró "simpática, agradable y muy sorprendida" cuando le transmitió los saludos "de Gian Piero, que le vendía los helados de pequeña, de las monjas que fueron sus profesoras o de sus vecinos".

Sin embargo, se negó a darle el visto bueno a este libro, porque preferiría que no se hubiera escrito, ya que Sonia "es tímida, no le gusta ser el foco de atención y sabe que todo lo que se cuenta de su infancia o de la familia católica en la que nació es munición que sus adversarios políticos le lanzan a la cara".

"No admiten que sea un ama de casa italiana sin estudios la que dirija el país", y por eso Sonia vive "rodeada por trescientos agentes de seguridad".

Moro considera que a Sonia Gandhi "no se le valora el sacrificio personal y lo que ha conseguido para la estabilidad de la región, que es un poco también la estabilidad del mundo", al devolver a la India "los ideales por los que han muerto tantos miembros de su familia política, el laicismo, el imperio de la ley y la unidad del país".

Sobre la situación en esa región, el escritor opina que "el problema es que la India es un Estado que tiene ejército, lo normal, pero Pakistán es lo contrario, un ejército que tiene un Estado, quien tiene el poder es el ejército, al que no controla el poder civil, y está infiltrado por elementos terroristas que han hecho el ataque de Bombay".