Asenjo, el guardameta impasible

Valladolid.-  Sergio Asenjo, que no ha soltado la titularidad de la portería del Real Valladolid en el último año (mañana se cumple el primer aniversario de su debut ante el Villarreal), admitió a Efe que nunca en su "vida" se ha puesto "nervioso".

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(EFE)

Sergio Asenjo, portero del Real Valladolid, admitió a Efe que nunca en su "vida" se ha puesto "nervioso".

"Ni en el día de mi debut", añade el palentino, de 19 años, que, a pesar de su juventud, porta la serenidad como bandera, algo que cree que es muy importante para un portero a la hora de transmitir tranquilidad a la defensa y al delantero rival, quien "no puede ver en tus ojos que le tienes miedo", comenta.

Y es que, para Asenjo, en Primera División, "si no estas vivo te comen", subraya, así como admite que en este año en la elite ha logrado "más desparpajo bajo palos" y una mayor capacidad para anticiparse a las jugadas.

"Mi referencia es un portero que tenga mucha tranquilidad y que sea capaz de adelantarse a la jugada en vez de tener que adornarse con un paradón. Eso es lo que le convierte en un portero superior al resto", opina el joven guardameta, que reconoce que a lo largo de este año ha ganado en "saber estar". No obstante, también cree que "de vez en cuando está bien lucirse para animar a la afición".

Asenjo es consciente que le queda mucho por aprender, más bien tiene claro que ni con más de treinta años se puede llegar a ser "un portero perfecto", aunque, eso sí, señala sin vacilar la cualidad que forja a los grandes arqueros, a los ídolos como Iker Casillas, el espejo en el que le gustaría reflejarse.

"El ochenta por ciento de los porteros de la Liga paramos más o menos lo mismo, pero los mejores son a los que les llegan una vez y la paran. La efectividad y hacerlo fácil", destaca el palentino, cuyo prototipo de guardameta perfecto sería una mezcla entre la seguridad por alto de Buffon, el uno para uno y saber estar de Casillas y la potencia de Reina.

En su caso, "no" cree que esté "loco", como se dice habitualmente de los porteros, sino que se considera un "jugador normal" que nació con "el don de ponerse en la portería". Y es que relata que desde pequeño, cuando jugaba con sus amigos en el patio del colegio, le gustaba parar los goles y no meterlos.

Como todo portero que se preste, tiene algunas manías y supersticiones que le ayudan a concentrarse antes de cada partido como saltar al campo dando tres saltos con la pierna izquierda o verse "con presencia" o "hecho un señor" con la indumentaria que viste.

El negro es su color favorito y, ahora, tras un año repeliendo balones de los mejores jugadores del mundo, Sergio Asenjo se siente "muy agradecido", sobre todo a su técnico, José Luis Mendilibar, por darle la oportunidad de debutar, y al Valladolid, la que "siempre" va a ser su "casa", apunta.

"No le dio miedo poner a un chaval de 18 años. Luego me gané su confianza en el campo, pero si te pones a mirar es difícil encontrar un entrenador en Primera que haga algo parecido. Ha transcurrido todo muy deprisa y en mi vida pensaba que me iba a llegar esto", comenta Asenjo, que también indica que su compañero Alberto López, veterano guardameta de 39 años, le ha "ayudado mucho".

A lo largo de este año, han sido varios los equipos de relumbrón que se han interesado por él, un hecho que le motiva "más", dado que significa que su trabajo va por el buen camino. "Si estuviera haciendo las cosas mal, ni la prensa, ni otros equipos se fijarían en mí", explica el cancerbero.

En diciembre, el club y sus representantes hablarán sobre su futuro en una reunión en la que él "no" quiere estar presente, ya que, de momento, "sólo" piensa en "el Valladolid". "Me motiva todo, pero lo que más deseaba ya me ha llegado y no espero soltarlo. Lo que quiero es jugar y por eso me quede aquí en verano, dado que tenía muchas bazas ganadas", añade.

Mientras tanto, y hasta que se dilucide su futuro, Sergio Asenjo continuará trabajando para ayudar a su equipo con intervenciones providenciales y su serenidad debajo del arco, la que le ha venido en parte gracias a una de sus aficiones, la caza.

"Desde que nací soy cazador y la verdad es que me viene muy bien para desconectar del mundo del fútbol", subraya el palentino, al que le ha tocado guardar ante los medios el mismo silencio necesario para no ahuyentar a la presa, merced a un veto impuesto por Mendilibar cuando debutó y que ha concluido recientemente.

"Tomó la decisión y si ha servido para estar centrado, me parece genial, pero yo no me estoy volviendo loco por todo lo que me está pasando. Hago las mismas cosas que puede hacer un chico de 19 años, aunque con más cabeza", sentencia Asenjo, en un alarde más de inusitada madurez que, para el 2009, le llevará a iniciar clases de inglés para "matar el aburrimiento". Ya no le quedan películas de su actor favorito, Denzel Washington, por visionar.