La causa afgana: ¿unirá o separará a España y Estados Unidos?

Irak es para Barack Obama "una distracción" del verdadero frente en la guerra global contra el terrorismo: Afganistán, que va a convertirse en la nueva prioridad de Estados Unidos. A lo largo de su campaña presidencial, el recién elegido presidente estadounidense, que ha hecho de la retirada de las tropas de Irak una de las promesas más significativas, ha dejado claro que el país asiático es el eje de la lucha contra el terror, marcando una diferencia más con respecto a la Administración Bush y su obsesión por Irak. El replanteamiento de la estrategia americana en Afganistán, sumado a la reciente muerte de dos soldados españoles, pone sobre la mesa varios interrogantes sobre cuál será el papel del conflicto en las nuevas relaciones entre nuestro país y el Gobierno de Obama.

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Funeral de Estado por los dos soldados españoles asesinados en Afganistán.

Aunque para algunos la concentración de esfuerzo en Afganistán no es más que una condición obligada que compensara la salida de Irak, de momento sabemos que los planes de Obama pasan por aumentar el número de tropas en Afganistán con, al menos, dos brigadas (o sea, unos 7.000 soldados). Lo que todavía no está claro es si este incremento de efectivos significará el tan ansiado cambio de estrategia en un conflicto que se recrudece por momentos y que parece abocado a convertirse en un callejón sin salida.

Mientras no se conozcan más detalles acerca de la estrategia de la Administración Obama, los socios europeos que tienen desplegada alguna misión sobre el terreno seguirán a la expectativa. Parece probable que no den pasos en falso hasta que el nuevo presidente tome posesión de su cargo en enero y esboce con más claridad las líneas maestras de su política exterior. Éste es el caso de España, que coincidiendo con la muerte de dos soldados españoles en un atentado terrorista, ya ha dicho que no enviará más tropas al país asiático. También Inglaterra se ha mostrado contraria a engrosar las filas de sus efectivos.

Sin embargo, todo parece indicar que Obama insistirá en pedir un esfuerzo extra a las naciones con contingentes en Afganistán. Así lo comunicó en en su reciente viaje a Europa durante su gira internacional (que, simbólicamente comenzó en Afganistán) como candidato presidencial. Obama trasladó un mensaje muy claro a sus socios: la intervención afgana no es sólo una labor estadounidense, sino una cuestión en la que todo Occidente debe colaborar enviando más tropas. En este sentido, las presiones diplomáticas para que países como Alemania, España o Francia destinen más tropas al país asiático podrían continuar a lo largo de los próximos años.

Todo en función de la estrategia

Y, con este contexto, ¿qué decidirá España? ¿Podría el Gobierno negarle a Obama un aumento de las tropas? Muchos ven en Afganistán un horizonte abierto: la oportunidad para Zapatero de congraciarse con Estados Unidos y corregir el rumbo de las malas relaciones diplomáticas entre ambos países de los últimos años.

A pesar de su primera reacción negativa, España, que cuenta con 780 soldados desplegados en la zona (muy por detrás de Italia, Francia, Alemania u Holanda), subordinaría un incremento de sus efectivos a un cambio de estrategia en Afganistán. Según fuentes gubernamentales citadas por el diario 'El País', en caso de que Obama perfilara algún plan de acción no únicamente centrado en soluciones militares, a nuestro país se le pondría muy difícil decir "no" a las exigencias estadounidenses.

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Pérez Touriño, Fernández de la Vega y Chacón observan el traslado de los féretros.

"Los americanos han ejercido mucha presión dentro de la OTAN para que ciertas naciones aporten más soldados", explica Gabriel Reyes, Coordinador de Proyectos, Programa de Oriente Medio y del Mediterráneo del Centro Internacional de Toledo para la Paz. "Hay que esperar a ver cuáles van a ser las líneas de actuación, pero sí podría darse cierta tensión entre un Obama pidiendo más tropas y países como Alemania que previsiblemente no van a revisar al alza el número de soldados. La causa afgana podría terminar distanciando más que uniendo", añade. "Podría haber presiones para que, además de que se aumenten las tropas, España entre en operaciones militares ofensivas, aunque es muy improbable que acepten cambiar la definición de la misión, que es de paz", coincide Robert Matthews, investigador especializado en Afganistán de FRIDE.

La situación sería bien distinta, sin embargo, si Estados Unidos pusiera el énfasis en cuestiones tan apremiantes como la reconstrucción, la lucha contra la corrupción del Gobierno de Hamid Karzai, la regeneración de la vida cotidiana, una profunda reforma del sistema policial, judicial y, en general, toda una serie de acciones sociales y económicas encaminadas a estabilizar el país. España ya se ha mostrado abierta a cualquier tipo de colaboración que vaya en ese sentido. "Si la situación cambia y se impone un nuevo concepto, España podría pasar de pronto a encontrarse en la vanguardia de éste, ya que sus misiones siempre han estado encaminadas a estabilizar Afganistán. Eso le beneficiaría en sus relaciones con Washington", explica Matthews.

Pero, ¿qué posibilidades hay de que Obama cambie la estrategia americana en Afganistán? El anuncio del aumento de soldados ha sido interpretado por algunos como más de lo mismo. Sin embargo, ciertos movimientos parecen indicar lo contrario. Reyes destaca los intentos como senador del ahora vicepresidente Joe Biden de multiplicar la ayuda no militar a Pakistán. "Obama ha movido ficha en relación a Pakistán y a la zona fronteriza con Afganistán, donde parece que va a tener una estrategia cada vez más proactiva". Concentrar esfuerzos en esta área tribal, convertida en refugio de la insurgencia talibán, y conseguir que la colaboración pakistaní se haga efectiva se erige como una tarea fundamental.

Por otro lado, la asunción por parte de David Petraeus del Mando Central de los Estados Unidos abre la puerta a la negociación política con los talibanes. Este general, anterior comandante de la Fuerza Multinacional en suelo iraquí, consiguió diseñar en Irak una estrategia que parece estar funcionando. Ahora Afganistán también estará bajo su mando. "Aunque ha sido el arquitecto del aumento de tropas en Irak, él sabe que con sólo con soldados no se va a ganar la guerra", opina Matthews. Reyes llama la atención sobre los frutos que puede dar el trabajo de un equipo de cien expertos que pretenden trazar un nuevo plan para Afganistán y Pakistán y que está asesorando a Petraeus. "Es bastante alentador que se contemplen soluciones no sólo militares, pero puede que se den ciertas contradicciones entre la política de aumento de tropas y las soluciones negociadas".