El mejor skater, el skater muerto

Hasta mediados de diciembre, la fachada del FAD de la plaza de los Ángeles en Barcelona es el soporte de una intervención artística única. "La muerte del patinador", de los artistas Lester Barreto y Pedro Dias. Es un mural de 439 tablas de skate sobre las cuales se ilustra un gran patinador caído. El montaje de la instalación, llevado a cabo por el arquitecto Josep Muñoz, ha preservado la integridad del muro original.

La Plaza de los Ángeles, en Barcelona, es un punto de referencia obligado del skate mundial, a pesar de la presión que por parte de la policía municipal se hace sobre los patinadores, que son con frecuencia multados y desposeídos de su tabla.

Este verano el distrito de Ciutat Vella decidió emprender una ofensiva para erradicar el patinaje de la Plaza de los Àngeles. Para algunos, esta iniciativa se trata en realidad de la incapacidad del Ayuntamiento para encontrar soluciones de diálogo. Aunque una parte de los vecinos denuncian las incomodidades y el peligro que los patinadores pueden suponen a los viandantes, no se puede obviar el papel regenerador que han sido los practicantes de este deporte en un barrio en el que conviven los mejores y los peores aspectos de la ciudad: por un lado la cultura y el turismo, por el otro la marginación, la indigencia y el menudeo de droga.

No parece que sea complicado hacer compatible el skate con los viandantes, estableciendo pavimentos disuasorios para preservar las zonas de paseo. Sin embargo, y como sucede siempre, es más fácil prometer que «se buscará un espacio alternativo para que puedan seguir practicando, pero la plaza de los Àngeles no es un lugar idóneo porque debe ser un espacio familiar y de barrio», como manifestó la concejala de Ciutat Vella Itziar González este verano al anunciar la remodelación de la plaza, encaminada a desplazar a los patinadores.

Los autores de este gigantesco mural consideran que «cuando una zona se vuelve algo conflictiva, la administración intenta ahogarla con todo tipo de prohibiciones, algunas de ellas absurdas... Los skaters conquistaron su lugar en la memoria colectiva de esta plaza, y es un referente que no se puede quitar sin más; esta intervención es una reflexión sobre todo esto».

La muerte del patinador es una obra de arte público que busca la interacción con el lugar donde está expuesta y con las personas que la frecuentan: «El mosaico creado por las tablas de skate permite esa permeabilidad entre obra y fachada; la ilustración y el nombre hacen alusión a la situación vivida en la plaza», añaden Lester Barreto y Pedro Dias.

Se trata de la obra ganadora del concurso Diesel Wall Barcelona 2008, que en esta edición se ha organizado en colaboración con Terminal B.