Franklin Durán aguanta con frialdad el juicio del "caso del maletín"

Miami (EE.UU.).-  Franklin Durán sabe aguantar con frialdad y sin desprender ninguna emoción las largas sesiones del juicio del "caso del maletín", que se reanuda hoy, y en el que está acusado de conspirar y actuar como agente del Gobierno venezolano en EE.UU.

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(EFE)

Dibujo de la corte federal de Miami que muestra de izquierda a derecha, a los venezolanos Moises Maionica, Franklin Duran, Carlos Kauffmann y al uruguayo Rodolfo Edgardo Wanseele Paciello.

El empresario volvió hoy a someterse a los extensos interrogatorios con una calma que no ha perdido desde que hace una semana comenzase el juicio en un tribunal federal de Miami.

Durán acude siempre al tribunal como si de una reunión de negocios se tratase: con traje oscuro y zapatos de cuero relucientes, mientras camina erguido, con la cabeza alta, mirando de frente a los periodistas y en ocasiones con un esbozo de sonrisa.

Su palidez, las ojeras y el rostro sin afeitar son los únicos indicios de que a pesar de "estar aguantando como un hombre", puede estar preocupado por la posibilidad de que un jurado falle en su contra y le encierren unos diez años en una prisión de Estados Unidos.

Durán afronta los cargos por la supuesta presión que ejerció sobre su compatriota Guido Alejandro Antonini Wilson para que guardara silencio en torno al origen y destino de un maletín con 800.000 dólares que le decomisaron en Argentina en 2007.

El dinero presuntamente estaba destinado a la campaña electoral de la actual presidenta de Argentina, Cristina Fernández, y procedía de las arcas de la empresa estatal Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA), según las pruebas de la Fiscalía Federal de Estados Unidos.

El venezolano tiene experiencia en mantenerse imperturbable en situaciones similares, según se desprende de una conversación que sostuvo con Antonini y que éste grabó para la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).

En la conversación dijo que estaba seguro de que los funcionarios venezolanos le respaldarían en ayudar a Antonini para que resolviera el tema legal en Argentina por no haber declarado los 800.000 dólares.

Cuando Antonini preguntó en qué se basaba para estar tan seguro, Durán dio a entender que si le fallaban, él podía hablar sobre un antiguo caso relacionado con armas.

"¿Para qué ellos van a meterse en un peo (lío) con alguien que una vez reventó un peo por unas armas y aguantó como un varón? Reventó un peo por unas armas que yo no tenía la culpa. Ellos me cumplieron. Ellos cerraron los casos", comentó Durán.

Los negocios de Durán con el Estado venezolano no sólo le permitieron ganar dinero, sino tener contactos al más alto nivel.

Durán, proveniente de una familia de origen humilde de Caracas, cursó estudios superiores en el Instituto Tecnológico de la Región Capital, donde obtuvo el título Técnico Superior en Mecánico, mención Tecnología.

Es propietario junto con Carlos Kauffmann, otro venezolano acusado en el caso, de la petroquímica Venoco, además de tener negocios relacionados con la venta de equipos de seguridad.

De acuerdo a las transcripciones de las grabaciones del FBI, el empresario amasó parte de su fortuna, calculada en unos 100 millones de dólares, especulando con bonos de deuda pública de Venezuela.

El hombre de negocios le contó a Antonini el 23 de agosto de 2007 en un restaurante de Fort Lauderdale (Florida) que adquirió papeles al 43 por ciento de su valor, a 700 bolívares el dólar, con Kauffmann.

"Los vendimos, esos papeles, ¿sabes a cuánto? A 3.300 bolívares el dólar, a 110 por ciento de su valor porque estaba Tobías Nóbrega de ministro de Finanzas", le confesó Durán a Antonini.

Durán y Kauffmann están supuestamente involucrados en 13 casos de corrupción en Venezuela por el pago de sobornos a funcionarios de alto rango y a militares para obtener contratos de diversos negocios, según la Fiscalía Federal de EE.UU.

En el tribunal de Miami, el abogado venezolano Moisés Maiónica, otro de los acusados en el caso, declaró en el juicio que Durán incluso había sido proveedor de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención de Venezuela (Disip).

Durán, en las conversaciones grabadas, hace gala de sus contactos con funcionarios de alto rango de Venezuela como Tarek El Aissami, actual ministro del Interior, a quien llamó por teléfono en una de las reuniones para que tranquilizara a Antonini.