Los manifestantes se dispersarán en las próximas 48 horas después de la declaración del estado de excepción

Bangkok.-  El líder de los manifestantes que ocupan el palacio del Gobierno de Tailandia desde el 26 de agosto anunció hoy que se dispersarán antes de 48 horas, después de que el primer ministro Samak Sundaravej declarase el estado de excepción en Bangkok y ordenase al Ejército restablecer el orden.

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(EFE)

El comandante en jefe del ejército tailandés, el general Anupong Paojinda, habla durante una rueda de prensa en la sede de la Armada en Bangkok, Tailandia, hoy. Las Fuerzas Armadas tailandesas han descartado la posibilidad de usar la fuerza o dar un golpe de estado para solventar la crisis política que vive el país que ha obligado a los líderes del gobierno a declarar el estado de emergencia después de que fueran explusados de sus despachos la semana pasada.

"Creo que el Ejército no causará daño a la gente", opinó Sondhi Limthongkul, fundador de la Alianza del Pueblo para la Democracia (PAD), la formación opositora que encabeza las protestas.

Limthongkul, propietario de varios diarios y máximo accionista del canal de televisión ASTV, subrayó que ningún gobierno podrá acallar la voz del pueblo y pidió a tailandeses de otras provincias que se unan a los actos de protesta que se celebran en la capital.

El propio jefe del Ejército de Tailandia, general Anupong Paochinda, quien aseguró que no dará un golpe de Estado, afirmó que no emplearán la fuerza con los manifestantes y prometió que la crisis política será resuelta "por medios legales y democráticos".

"La puerta para el empleo de la violencia está cerrada", contestó el general Paochinda a las preguntas de los periodistas durante una rueda de prensa en la capital tailandesa.

El primer ministro tailandés indicó durante el anuncio de la declaración del estado de excepción en Bangkok que levantarán la medida "cuando se resuelvan los problemas", lo que esperaba ocurriese en los próximo días.

"Asumo la responsabilidad por lo que he hecho", manifestó Sundaravej, quien ha estado sometido a una fuerte presión para que dimita desde que llegó a la jefatura del Gobierno, el pasado enero, porque es visto por sus detractores como un testaferro del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, depuesto en una asonada en 2006.

El estado de excepción, que entró en vigor a las 00.00 GMT de hoy prohíbe las reuniones públicas de más de cinco personas y autoriza a las fuerzas de seguridad a detener sin cargos a sospechosos de rebelión durante un período máximo de 30 días, entre otras cosas.

La medida fue adoptada después de que 400 soldados fueran enviados a reforzar a los policías que intentaron abortar unos incidentes entre detractores y simpatizantes del Ejecutivo en los que murió una persona y resultaron heridas otras 44, entre ellas al menos dos por impacto de bala.

A las pocas horas del anuncio oficial, la Comisión Electoral recomendó al Tribunal Constitucional la disolución del Partido del Poder Popular (PPP), dirigido por Sundaravej.

Las autoridades electorales consideraron que el PPP participó en la compra de votos durante las elecciones legislativas celebradas el pasado diciembre.

Desde su victoria electoral, el primer ministro tailandés, un veterano político ultraderechista de 73 años, no ha vivido ni un día de descanso.

Las actuales protestas callejeras arrancaron en mayo, cuando los seguidores de la Alianza acamparon frente al edificio de la ONU en Bangkok para denunciar al Ejecutivo, que tachan de corrupto, desleal a la Corona y ser un títere al servicio de Shinawatra.

Apoyada por la élite conservadora y sectores del Ejército, la oposición explota la propaganda monárquica y nacionalista para ganarse la simpatía del pueblo y pretende que el rey Bhumibol Aduldayej designe un gobierno de transición, como ha sucedido en otras momentos de grave inestabilidad política en el país.

El banco central de Tailandia tuvo que intervenir hoy en apoyo de la divisa nacional, el baht, mientras que el mercado bursátil había bajado el equivalente a un 2,57 por ciento cuando se cumplía la mitad de la sesión vespertina.

Aunque las protestas se han centrado en Bangkok, seguidores de la Alianza han cortado carreteras y bloqueado edificios claves de comunicaciones o transportes en provincias.