El nuevo canciller colombiano afronta retos con los países vecinos y el TLC con EE.UU.

Bogotá.-  El nuevo canciller colombiano, Jaime Bermúdez, afronta a partir de hoy una intensa agenda con la que deberá dar un vuelco a la política exterior de Colombia que permita restaurar las relaciones con los vecinos y evitar que el TLC con EE.UU. se hunda, entre otros temas.

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(EFE)

El ministro colombiano de Relaciones Exteriores entrante, Jaime Bermúdez (i.), y el saliente, Fernando Araújo (d.), durante una reunión ayer en el despacho del presidente Álvaro Uribe (c.), en la Casa de Nariño de Bogotá.

Varios analistas coincidieron en señalar que, sin lugar a dudas, la prioridad que tendrá el nuevo ministro de Relaciones Exteriores será restablecer las relaciones con los vecinos, en especial con Ecuador, Nicaragua y Venezuela, países que en la actualidad no tienen embajadores acreditados en Bogotá.

Mientras el presidente colombiano, Álvaro Uribe, y el mandatario venezolano, Hugo Chávez, están trabajando en la "reconstrucción" de los vínculos entre los dos países, gracias a una reciente cumbre, con el Gobierno de Ecuador las relaciones permanecen rotas.

Bermúdez tendrá que buscar que la mediación que hace la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Centro Carter rinda sus frutos y permita que se reanuden las relaciones entre Bogotá y Quito, rotas desde el 3 de marzo, por una operación militar colombiana contra un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano.

A eso se suma, la crisis con el Gobierno de Nicaragua, en donde su presidente, Daniel Ortega, arreció sus ataques contra el Ejecutivo de Uribe, y además hoy se conoció que el mandatario nicaragüense aceptó reunirse con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Con respecto a EE.UU., expertos señalaron que Bermúdez llega en un momento en que se requiere de acciones audaces que permitan dar un cariz bipartidista a la relación con su principal aliado, dado que el candidato demócrata, Barack Obama, encabeza las encuestas para las elecciones presidenciales de noviembre.

La estrecha cercanía entre los presidentes de Colombia y de Estados Unidos, George W. Bush, durante los seis años de Gobierno del mandatario colombiano han dado la impresión de que se priman los intereses republicanos y de ahí que, según los analistas, se deba dar un enfoque mas bipartidista a la relación.

Además, tendrá que dar un impulso al Tratado de Libre Comercio firmado entre los dos países y que está a la espera de su aprobación en el Congreso de EE.UU., de mayoría demócrata.

Asimismo, el nuevo canciller liderará los dos pleitos que enfrenta Colombia ante la Corte Internacional de La Haya, uno precisamente con Nicaragua por definición de límites marítimos y otro con Ecuador por la fumigación de "narcocultivos" con glifosato cerca de la frontera común.

La diplomacia con Europa también ocupará parte de su agenda por la suspensión de la mediación que hacían los países amigos (España, Francia y Suiza) en busca de un acercamiento con las FARC.

Esa decisión ha conllevado problemas, especialmente con Suiza, cuyo mediador Jean-Pierre Gontard fue llamado a indagatoria por la Fiscalía que lo investiga por las acusaciones de portar dineros para las FARC y en respuesta Berna pidió a Bogotá no atacar más a su emisario.

A eso se suma el escándalo que este miércoles se formó porque Uribe admitió que un militar que participó en el rescate de Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y once policías y militares usó emblemas del Comité Internacional de la Cruz Roja (CIRC), con sede en Suiza, lo que está prohibido por la convención de Ginebra.

Bermúdez también tendrá como tarea buscar la inclusión de Colombia en el Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC), del cual ya hacen parte por suramérica Chile y Perú, este último encargado de organizar la próxima cumbre de noviembre en Lima.

En vista del panorama, los ex cancilleres Augusto Ramírez Ocampo, María Emma Mejía y Guillermo Fernández de Soto coincidieron hoy, en declaraciones al diario El Tiempo, en que Bermúdez "no llega a un lecho de rosas", que deberá atender asuntos que "son urgentes, no dan espera", y tendrá que consolidar la política exterior colombiana que vea a un mundo globalizado.