El campo argentino amenaza con una nueva huelga mientras espera el debate por un esquema tributario

Buenos Aires.-  El campo advirtió hoy que existen "muchas posibilidades" de reanudar la huelga comercial en caso de que la Cámara de Diputados de Argentina apruebe el proyecto sobre los impuestos a las exportaciones de granos, impulsado por el Gobierno.

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(EFE)

"Si se ratifica la resolución que establece las retenciones móviles como quiere el Poder Ejecutivo, hay muchísimas posibilidades de que vuelva el paro", alertó hoy el vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Biolcati.

Mientras, los diputados oficialistas buscaban hoy iniciar el debate en el pleno del Parlamento, luego de que las comisiones legislativas de Agricultura y Presupuesto aprobaran anoche un dictamen que le da el visto bueno al esquema de retenciones móviles a la exportación de granos establecido por el Gobierno, el cual desató un duro conflicto con el sector agrario.

A la espera del debate, el acceso a la sede del Congreso se encontraba prácticamente bloqueado esta mañana por una operación de seguridad en la zona, que incluye el corte de algunas calles en el centro porteño.

"Si se ratifica (la resolución que establece las retenciones móviles) como quiere el Poder Ejecutivo, hay muchísimas posibilidades de que vuelva el paro", alertó hoy el vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Biolcati, en declaraciones radiales y televisivas.

Buena parte de los diputados alineados a la presidenta argentina, Cristina Fernández, apuestan a obtener la mayoría para sancionar el proyecto aprobado este jueves en comisiones, que ratifica el esquema impositivo establecido por el Ejecutivo hace casi cuatro meses, pero amplía las compensaciones ya impuestas por el Gobierno para pequeños y medianos productores.

El proyecto se aprobó por mayoría en comisiones después de varios días de intensos debates y cruces entre los legisladores, aunque no contó con el respaldo de la oposición y de algunos diputados oficialistas, que prefirieron alinearse detrás de otras propuesta que reduce la carga impositiva para el sector.

Esta y otra iniciativa de la oposición que suspende la aplicación de las retenciones móviles sólo se tratarían en caso de que el proyecto oficialista no cuente con los votos necesarios para su aprobación en el pleno de la cámara.

De todas formas, fuentes parlamentarias aseguran que el oficialismo tiene una "ajustada" mayoría para aprobar su iniciativa.

"La ratificación colocaría las cosas en la misma situación que el 11 de marzo pasado (cuando se estableció el nuevo esquema impositivo). El descontento va a existir y volveremos a la disconformidad y a expresarla del modo en que nos parezca más conveniente, tratando de hacerlo más tolerable para la sociedad", sostuvo Biolcati.

Por su parte, el dirigente de la Federación Agraria Argentina (FAA) Alfredo de Angeli afirmó que recibió pedidos para participar en nuevos "cacerolazos" contra la política oficial, tal como se sucedieron días atrás en distintos barrios porteños y del interior del país.

A tono, Mario Llambías, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), indicó que hay cientos de productores de todo el país que han comenzado nuevamente a movilizarse e insistió en la petición de las patronales agropecuarias, apoyada por la mayor parte del arco político opositor, de suspender por 150 días el esquema de retenciones que desató la protesta.

En tanto, el ex presidente argentino Néstor Kirchner (2003-2007) volvió este jueves a ejercer presión al pedir por tercera vez a los diputados que "no tengan miedo" de votar el proyecto que giró al Parlamento su esposa y actual jefa del Estado, hace unas dos semanas.

El conflicto se desató en marzo pasado, después de que el Gobierno aumentara los impuestos a las exportaciones de maíz, trigo, soja y girasol.

La controversia derivó en cuatro huelgas comerciales, bloqueos de carreteras, movilizaciones y desabastecimiento de alimentos e insumos para la industria.

También ha provocado pérdidas millonarias al país y supuesto un gran desgaste para la jefa de Estado, cuyos índices de popularidad han caído en picado en los últimos meses.