Un equipo forense retoma la exhumación de las víctimas de la masacre de 1984 en Perú

Lima.-  El Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF) retomó hoy las labores de exhumación en las fosas de una masacre perpetrada por efectivos del Ejército peruano en 1984 en la localidad de Putis, en la andina región de Ayacucho.

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(EFE)

Los especialistas del EPAF retornaron a la remota comunidad andina, en la que 123 hombres, mujeres y niños fueron asesinados bajo la presunción de ser sediciosos.

Los especialistas del EPAF retornaron a la remota comunidad andina, en la que 123 hombres, mujeres y niños fueron asesinados bajo la presunción de ser sediciosos.

A fines de mayo último los especialistas encontraron en una de las fosas los restos de 60 campesinos, entre los que hubo al menos "cinco o seis menores", declaró a Efe el director regional de la organización no gubernamental Paz y Esperanza en Ayacucho, Norberto Lamilla.

Un comunicado del EPAF, que actúa como perito oficial de la fiscalía de Ayacucho, señaló que ese grupo espera que el esfuerzo puesto en esta pericia "ayude a identificar a los desaparecidos, a mitigar el dolor de los familiares y a escribir un nuevo capítulo en este trágico conflicto".

El proceso de exhumación es financiado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, a través del proyecto Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de los Desaparecidos, y cuenta con el apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja.

Según el informe de la Comisión de la Verdad, al menos 123 personas de las localidades de Cayramayo, Vizcatampata, Orccohuasi y Putis fueron asesinadas en ejecuciones extrajudiciales en diciembre de 1984 por militares en su lucha antiterrorista.

Ese año, cuando gobernaba el presidente Fernando Belaúnde Terry (1980-1985), el Ejército había establecido una base en Putis para luchar contra Sendero Luminoso, que había incrementado sus acciones en la zona y obligado a los campesinos a huir de sus viviendas.

Los habitantes retornaron a Putis al amparo de la protección que les habían ofrecido los militares.

Sin embargo, una vez en Putis fueron reunidos en una escuela local y a los hombres se les ordenó construir, entre otras obras, una piscifactoría que resultó ser una fosa común para todos ellos, según testimonios recogidos por la Comisión de la Verdad.