Ecologistas creen que la impresionante regeneración de el Guadiamar se puede malgastar

Sevilla.-  Representantes de las seis principales organizaciones ecologistas de España han advertido hoy en Sevilla de que la "impresionante" labor desarrollada para regenerar el río Guadiamar tras la catástrofe de la mina de Aznalcóllar ocurrida en 1998 se puede "malgastar" si este proyecto no se concluye.

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También han denunciado que las administraciones "no han aprendido la lección" de este desastre medioambiental porque permiten actividades medioambientalmente nocivas en la cuenca del Guadiamar.

Las críticas se han centrado en la Junta de Andalucía por haber autorizado la construcción de la mina de Las Cruces -a escasos kilómetros de la de Aznalcóllar- que, en su opinión, contaminará el Guadalquivir y supone una amenaza similar a la antigua explotación minera de Boliden-Apirsa.

El secretario general de WWF/Adena, Juan Carlos del Olmo, ha asegurado en una rueda de prensa con motivo del décimo aniversario de esta catástrofe ecológica que la regeneración de las más de 6.000 hectáreas del Guadiamar afectadas por el vertido tóxico requirió un "trabajo ejemplar" de las administraciones, asesoradas por científicos y ecologistas, "que se ha abandonado tras cortar la cinta" del denominado Corredor Verde.

Tanto él como los otros representantes ecologistas han denunciado que este corredor no cumple su función de pasillo ecológico entre Sierra Morena y las marismas del Guadalquivir, para el que fue creado, porque está "abandonado" por la Junta y porque no se ha completado ni por el norte -donde se mantienen los problemas de contaminación de la antigua zona minera de Aznalcóllar- ni por el sur, donde está "estrangulado" por actividades agrarias.

Mario Rodríguez, director de Campañas de Greenpeace, ha asegurado que los problemas de contaminación en el Guadiamar "no han desaparecido" diez años después de la catástrofe minera, pese a que la regeneración de la zona ha costado a las administraciones 300 millones de euros.

Jaime Machicado, vicepresidente de Amigos de la Tierra, y Theo Oberhuer, coordinador general de Ecologistas en Acción, han reiterado que se siguen produciendo vertidos contaminantes al Gyuadiamar desde la balsa minera cuya rotura causó la catástrofe ecológica de abril de 1998, desde la antigua corta donde se depositaron los lodos tóxicos y desde las escombreras abandonadas.

"Sin el sellado total e inertización de la corta, la balsa y las escombreras, seguirá existiendo una espada de Damocles sobre el Corredor Verde, ha apostillado Rodríguez.

Alejandro Sánchez, director ejecutivo de SEO, ha señalado que la costosa regeneración del Guadiamar "está sin finalizar diez años después" y ha denunciado que el Corredor Verde "no tiene la funcionalidad ecológica" para el que fue diseñado y está "abandonado", lo que permite el furtivismo y el gamberrismo, y "estrangulado" en su tramo final "por las presiones agrícolas".

También ha animado a la Junta de Andalucía "a que persevere en su denuncia contra Boliden-Apirsa porque "no se puede consentir" que la empresa culpable del vertido no pague parte de lo que costó solucionarlo.

Theo Oberhuer ha denunciado que "el teórico accidente" de la balsa minera de Aznalcóllar fue "una tragedia anunciada", porque fue denunciado antes de producirse por los ecologistas y ha urgido a la Junta y a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que anulen las autorizaciones concedidas a la explotación de Las Cruces que, ha denunciado, no se les permite visitar.

Juan Carlos Olmo ha resaltado por su parte que el Parque Nacional de Doñana "no puede entenderse" sin las aguas que lo alimentan kilómetros arriba del cauce del Guadiamar, su principal afluente, por lo que ha pedido que se eliminen los vertidos mineros existentes y que se amplíe el Corredor Verde para evitar que "el impresionante esfuerzo" desarrollado para construirlo, que ha considerado modélico en Europa, "termine siendo un esfuerzo malgastado".