Los Angelinos regresan al Yankee Stadium con vida y plenos de moral

Anaheim (California.-  Anaheim (California, EEUU), 23 oct (EFE).- El triunfo era lo único que les servía a los Angelinos de Los Ángeles en el quinto partido de la Serie de Campeonato de la Liga Americana ante los Yanquis de Nueva York y lo consiguieron, además de acompañarlo de una gran dosis de moral de cara al sexto, que también es decisivo.

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(EFE)

Los jugadores de los Yanquis de Nueva York (i-d) Jorge Posada y Derek Jeter felicitan a su compañero Mark Teixeira después de que anotó, durante el quinto juego de la Liga Nacional contra Angelinos de Los Ángeles, en el Angel Stadium en Anaheim, California (EEUU). Los Angelinos vencieron 7-6.

Después de haber perdido los dos primeros partidos en entradas extras y siempre con los Yanquis viniendo de atrás, esta vez los Angelinos le devolvieron la moneda para darle la vuelta a un marcador que les era adverso 4-6 y conseguir la victoria por 7-6.

"Lo más hermoso de todo es que ya nos daban por acabamos y de repente se dieron cuenta que estaban ante un equipo que un poco de suerte podríamos ahora estar clasificados para la Serie Mundial", declaró el jardinero central Torii Hunter, uno de los peloteros que configuran la artillería pesada de los Angelinos.

Hunter reiteró que no iba a ser fácil lograr tres triunfos consecutivos ante los Yanquis, pero tampoco una misión imposible, y de momento ya tenían una victoria más en su poder.

"Este tiene no sólo el valor de seguir con vida en la competición sino que además regresamos a Nueva York convencidos que podemos lograr el gran objetivo de alcanzar la Serie Mundial", subrayó Hunter. "Cada vez que llegas al campo en 1.000 partidos de béisbol puedes ver cosas diferentes".

Los Yanquis son conscientes de esa realidad y ya se han visto también en esta situación con anterioridad como les sucedió en el 2004 cuando estaban arriba 3-2 en la Serie de Campeonato y la perdieron por 4-3 frente a los Medias Rojas de Boston.

Sin embargo, también ganaron las del 2003 a los Medias Rojas (4-3), a los Marineros (4-2) en e el 2000 y a los Indios de Cleveland (4-2) en 1998.

El primera base cubano Kendry Morales produjo el jueves la carrera de la ventaja con un sencillo con dos "outs" en la séptima entrada luego que los Angelinos remontaron un ataque de seis anotaciones de los Yanquis en la parte alta de la misma entrada.

Un sencillo del dominicano Vladimir Guerrero empató el juego en el séptimo episodio para los Angelinos, quienes no se rindieron después de desperdiciar una ventaja de 4-0.

Los Yanquis atacaron inmediatamente después de que el piloto de los Angelinos, Mike Scioscia, retiró a su astro del montículo John Lackey, y el segunda base dominicano Robinson Canó afianzó el repunte con un triple productor de dos anotaciones.

El drama continuó hasta el último lanzamiento, cuando el cerrador Brian Fuentes de los Angelinos retiró a Nick Swisher en un elevado corto con casa y cuenta llenas que capturó el dominicano Erick Aybar.

El sexto partido será la noche del sábado en el Yankee Stadium, cuando por los Yanquis salga al montículo el zurdo Andy Pettitte que se enfrentará a Joe Saunders, de los Angelinos.

Por si la tensión y la presión de lo que está en juego no fuese suficiente, el pronóstico de los meteorólogos es de una fuerte tormenta para el área de Nueva York esa misma noche.

"Está claro que hemos perdido una gran oportunidad, pero tenemos otro partido más", declaró Joe Girardi, el piloto de los Yanquis de Nueva York. "Hemos superado durante toda la temporada situaciones en las que estábamos perdiendo por lo que podemos hacerlo de nuevo".

Pero moralmente afecta a los peloteros y más después de ver como Canó puso adelante a los Yanquis por 6-4 al completar un racimo de seis anotaciones, que dejó un ambiente sombrío en el Angel Stadium y todo apuntaba a la victoria de los Bombarderos del Bronx, que iban a conseguir su cuadragésimo título de campeones de la Americana.

Pero los Angelinos presumieron el talento natural para remontar desventajas agónicas que han tenido desde que avanzaron a su único campeonato en el 2002.

Entonces en las últimas entradas comenzó a aparecer en su tablero electrónico la figura querida del "Rally Monkey" (mono de los repuntes) así como en forma afelpada en las tribunas.

Aunque todavía quedan dos partidos en el Bronx, y el abridor zurdo estelar CC Sabathia en el camino de los Angelinos, la derrota que sufrieron los Yanquis levanta reminiscencias de lo que ya les sucedió anteriormente.

Pero sobre todo les han dado nueva vida a los Angelinos y eso no es bueno en cualquier deporte, pero mucho menos en el béisbol profesional, donde una oportunidad perdida ya no se te vuelve a presentar.

Sólo seis equipos se han recuperado de una desventaja de 1-3 para ganar una serie de campeonato de liga. La anterior sucedió en el 2007, cuando Boston repuntó contra Sabathia y los Indios, para ponerse en camino del título.

Dentro de la Serie Mundial, 11 de 70 equipos que estuvieron abajo por 1-3 lograron superar la desventaja.

Lackey llegó hasta la séptima entrada después de que los Angelinos anotaron cuatro veces en el primer episodio, y el astro manifestó su decepción cuando Scioscia lo retiró de la lomita.

El relevista Darren Oliver permitió un doblete de tres carreras a Mark Teixeira en su primer lanzamiento, y japonés Hideki Matsui agregó un sencillo que empató la pizarra.

Lackey permitió tres carreras y seis imparables en seis entradas y dos tercios; dio tres bases por bolas y ponchó a seis bateadores.

Pero los Angelinos también encontraron el camino de la recuperación por mediación de Jeff Mathis y Aybar que atacaron a A. J. Burnett. Después de que Mathis anotó con un rodado del venezolano Bobby Abreu, Guerrero empató las acciones contra el relevista Phil Hughes, y Morales puso al equipo adelante nuevamente con otro de sus imparables cruciales.

"En la liga no hay un equipo que perdone", dijo Scioscia. "Ellos batearon muy pronto en ese episodio de seis carreras, y nos repusimos respondiéndoles con tres. Entre las entradas, los muchachos estaban animados en la caseta".

Scioscia dijo que ese mismo espíritu volverá a estar presente en el Yankee Stadium, pero con una dosis mayor de moral alta y convencimiento que pueden seguir haciendo historia.