La policía Judicial acude a la fosa de Curro para recoger información sobre los restos

Santiago de Compostela.-  La Policía Judicial ha acudido hoy a la fosa común ubicada en la localidad pontevedresa de Curro, para recoger información sobre los restos humanos aparecidos y los casquillos de bala localizados por los miembros del equipo de excavación.

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(EFE)

La Policía Judicial ha acudido hoy a la fosa común ubicada en la localidad pontevedresa de Curro, para recoger información sobre los restos humanos aparecidos y los casquillos de bala localizados por los miembros del equipo de excavación.

El vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), Santiago Macías, confirmó a Efe que miembros de la Policía Judicial acudieron a la fosa horas después de que el sobrino de Castor Cordal, uno de los hombre que supuestamente fue asesinado y enterrado en este lugar, denunciara en el cuartel de la Guardia Civil la aparición de restos humanos con signos de violencia.

Macías explicó que la ARHM conoció el caso de Castor Cordal Garrido, presuntamente asesinado el 15 de septiembre de 1936, hace dos años, y tras contrastar distintos testimonios comenzaron esta semana las labores de exhumación.

Finalmente han sido localizados los restos de Castor Cordal Garrido, de 27 años, casado, sin hijos, electricista y miembro de la CNT, quien al darse cuenta de que iban a ir a por él al iniciarse la Guerra Civil, se escondió en diferentes lugares hasta que alguien lo delató y, una vez detenido, fue llevado al Pazo de Fefiñáns, en Cambados, donde fue recluido en el patio de armas.

Su padre quiso visitarlo pero no le dejaron, incluso llegaron a amenazarlo con meterlo a él también preso, según la Asociación de la Memoria Histórica.

Al tercer día las autoridades le aseguraron que su hijo había escapado a Portugal, pero unos vecinos de Corbillón, en Cambados, que iban a una feria de madrugada, vieron a dos muertos mientras eran llevados en una escalera a enterrar, los reconocieron y se lo contaron a la familia.

A Castor, según su hermana Josefina -que vive todavía- se lo llevaron fuerzas de la Guardia Civil y falangistas de la aldea con los que había tenido desencuentros políticos.

El equipo de exhumación encontró, también, los restos de Ramón Barreiro Rodríguez, de 19 años, soltero, que escribía en gacetillas locales y pertenecía a una familia de tradición republicana, cuyo hermano fue movilizado a la Guerra por las tropas franquistas y se pasó al lado republicano.

Al término de la Guerra fue detenido y estuvo ocho años preso. La familia nunca supo donde estaba, pero siempre mantuvieron viva su memoria.

Uno de sus delatores fue un cuñado de su madre y, para que contasen dónde se había escondido su hijo, dieron una paliza a los padres. Su madre fue violada y rapada al cero y murió poco después. Según la ARMH, a Ramón, antes de enterrarlo, le cortaron un dedo para robarle el anillo que portaba.