La OEA sigue optimista, pero la representación Zelaya dice que el diálogo puede morir

Tegucigalpa.-  La misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) que acompaña el diálogo para la restitución de Manuel Zelaya en el poder mantiene su optimismo en que la crisis política en Honduras se resolverá, mientras la representación del depuesto presidente advirtió hoy de que el diálogo se puede morir.

ampliar foto

(EFE)

Los miembros de la comisión de diálogo del depuesto presidente de Honduras Manuel Zelaya, Víctor Meza y Mayra Mejía (c), participan este lunes en una rueda de prensa en Tegucigalpa (Honduras.

Zelaya cumplirá mañana un mes de permanecer en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde apareció tras volver por sorpresa al país, del que los militares lo expulsaron el 28 de junio pasado, con el diálogo en una situación de parálisis.

"Nunca daremos por fracasado un diálogo", dijo hoy a radio América el jefe de la misión de la OEA que acompaña el proceso, John Biehl, asesor del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.

Para el enviado de la OEA, las conversaciones no han fracasado y todavía hay posibilidades de alcanzar una solución de la crisis, y subrayó que "siempre el diálogo está abierto".

"A pesar del estancamiento, y a pesar de que las cosas se puedan poner peor antes de que se pongan mejor, yo estoy absolutamente convencido de que los hondureños se van a reconciliar, van a robustecer su democracia", enfatizó Biehl.

El depuesto gobernante ha pedido al Consejo Permanente de la OEA que en su reunión de mañana en Washington se pronuncie sobre el estado de "obstrucción y estancamiento" en que el diálogo cayó ayer.

Las conversaciones se estancaron tras el rechazo por parte de la delegación de Zelaya de una propuesta del gobernante de facto, Roberto Micheletti, aunque hoy las comisiones mantuvieron contactos, por separado, con Biehl, según fuentes de ambas partes.

Según la propuesta de Micheletti, la mesa de diálogo debería decidir sobre la restitución del depuesto mandatario con base en informes de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y el Congreso Nacional con respecto a sus actuaciones relacionadas con el derrocamiento de Zelaya.

El miembro de la delegación de Zelaya, Rodil Rivera, dijo a Efe que "si no hay nunca una propuesta de la otra parte, que solo tengamos que venir a firmar, el diálogo se puede morir".

"No nos retiramos, no declaramos roto el diálogo", indicó, al afirmar que tampoco han puesto plazos para volver a las negociaciones.

La integrante de la comisión de Micheletti, Vilma Morales, ratificó a radio América que "no hay plazos consignados" ante la nueva propuesta.

"Mantenemos esa posición firme de continuar trabajando", afirmó Morales, al rechazar que el Consejo Permanente de la OEA se pronuncie sobre el estancamiento del diálogo porque "esto salió de un escenario internacional".

Por su parte, Zelaya reiteró que, si no es restituido, la comunidad internacional no reconocerá las elecciones del próximo 29 de noviembre en Honduras ni al nuevo Gobierno que surja de ellas.

Zelaya dijo telefónicamente a Efe que "los golpistas son los únicos que creen que en Honduras no hubo golpe de Estado".

Sobre el nuevo estancamiento del diálogo, el gobernante depuesto expresó, sin precisar detalles, que "hay muchas salidas, pero mientras a los golpistas no se les doble el brazo estamos en un diálogo que al dictador (Micheletti) no le interesa".

El coordinador del Frente de Resistencia contra el golpe de Estado, Juan Barahona, dijo a Efe que "el diálogo fracasó desde que estaba en Costa Rica", donde ambas partes se reunieron en dos ocasiones con la mediación del presidente de ese país, Óscar Arias.

"Los golpistas han venido ganando tiempo con tácticas dilatorias para llegar a las elecciones, no están pensando en devolver el poder", afirmó, y advirtió de que "si no hay restitución del presidente Zelaya no hay elecciones".

La resistencia celebró hoy una marcha en el sector oriental de Tegucigalpa con centenares de personas condenando el golpe, exigiendo la restitución de Zelaya y censurando que el diálogo se haya estancado.