Javier Reverte se centra en "el poder de la naturaleza" en su nuevo libro de viajes

Sevilla.-  El madrileño Javier Reverte, autor de varios libros de viajes con gran acogida, como los reunidos en la Trilogía de África o 'Corazón de Ulises' regresa tras cinco años con 'El río de la luz. Un viaje por Alaska y Canadá' (Plaza & Janés), del que destaca "el poder de la naturaleza".

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(EFE)

El madrileño Javier Reverte, autor de varios libros de viajes con gran acogida, como los reunidos en la Trilogía de África o 'Corazón de Ulises' regresa tras cinco años con 'El río de la luz. Un viaje por Alaska y Canadá' (Plaza & Janés), del que destaca "el poder de la naturaleza". EFE/Archivo

Reverte ha explicado hoy en Sevilla que tras la publicación en 2004 de su último libro de viajes, sobre el Amazonas, contrajo en 2002 la malaria y estuvo a punto de morir.

Reconoce que esa enfermedad le dejó "muy desvitalizado", lo que le impidió viajar hasta que en 2006 realizó este viaje por Alaska y Canadá, algo que le llenó de vitalidad "y me dio un chute de vida".

Confiesa que "todo lo que me había quitado la malaria y el río Amazonas me lo devolvió el Yukón" ya que, como ha recordado, fue un viaje "desolado por lo que me pasó y por lo que vi", algo que ha admitido que le produjo una sensación, "la mía primero y luego la del entorno, muy desoladora".

Reverte ha explicado que no más de un millón de personas viven en un territorio que es cuatro o cinco veces España y la mayoría de ellas concentrada en las ciudades.

"Puedes estar en un lugar y en cien kilómetros a la redonda no hay nadie, ninguna otra persona", ha dicho el escritor, que reconoce que es una sensación "estupenda" que te hace sentirte "muy animal".

Gran viajero, Reverte explica que durante sus expediciones le gusta mucho conocer a la gente de los lugares que visita y asegura que en Alaska y Canadá son "muy abiertos, porque como son pocos, se necesitan mucho los unos a los otros" y, además, recuerda sonriendo que "son muy curiosos con los extranjeros, enseguida se acercan a preguntarte".

"Al mismo tiempo son muy amantes de la soledad porque para estar allí te tiene que gustar mucho para poder seguir adelante", ha añadido.

Reverte siguió los pasos de Jack London durante la época de la fiebre del oro, navegando desde Vancouver por las costas de la Columbia Británica canadiense hasta el río Yukón.

Un río que guarda una gran relación con la fiebre del oro, que entre 1887 y 1889 movilizó a cien mil personas, sobre todo de Estados Unidos, que fueron hacia tierras inhóspitas, y salvajes.

Y un río que el autor recorrió en canoa hasta Dawson City durante trece días "porque no había más remedio", ya que son 750 kilómetros de río hasta llegar a la ciudad.

"No entrené, porque sabía que si lo hacía iba a desistir", confiesa Reverte, y recuerda que pasó "unos días horrorosos hasta que cogí la forma y la técnica de remo".

Al principio, continúa, "estaba con antiflamatorios, me dolían los gemelos, la espalda, los brazos, pero al cuarto día empecé a encontrarme mejor, cogí la forma, y al quinto estaba como una moto".

Reverte ha anunciado que no para aquí porque ya tiene la idea para su próxima novela "un viaje al Ártico que hice en el verano de 2008" donde descubrí un paisaje "atroz, horrible, como su hubiera una negación de la vida, pese a que hay vida animal".