Ángel Sala: "La crisis se combate con imaginación"

SITGES.— La 42ª edición (1-12 de octubre) del festival de cine fantástico con más tradición en el mundo terminó con un balance positivo de más proyecciones, más público, unos premios bien distribuidos y una Zombie Walk que llenó las calles de Sitges de risas y pesadillas. Nosotros cerramos estos días de terror y fantasía con trece —el número simbólico que más le pega— preguntas a su director.

N.M.

Ángel Sala, director del festival de Sitges.

¿Desde hace cuántos años eres director del Festival? ¿Qué has aportado hasta ahora a su desarrollo? Y, ¿qué quieres hacer por él en el futuro?

Llevo 9 años siendo director. Creo que he aportado una cierta coherencia al Festival, una línea de programación basada en el cine fantástico desde una perspectiva amplia, contemporánea. Me gustaría incorporar en el futuro al festival una sección dedicada a la televisión, un campo de investigación sobre los vídeojuegos de género y conseguir estructurar una sección de fantástico para niños.

¿Entre cuántas personas se organiza un festival de cine internacional? ¿Y por qué el de Cataluña se ha especializado precisamente en lo fantástico?

El Festival lo realizamos unas 50 personas de las cuales sólo unas cinco o seis trabajamos todo el año. La especialización de Sitges es ya histórica, comenzó hace más de cuarenta años y creo que es acertada pues el fantástico es un campo de actuación muy rico.

¿Quién, cuándo y dónde selecciona las películas para Sitges?

Las películas las selecciona una Comité de Selección formado por mí mismo, el subdirector y la participación de algún otro miembro del festival como Antonio José Navarro, Jordi Sánchez-Navarro o Ricardo Reparaz. Se realiza mediante visionados en DVD que envían a la oficina, visionados en cine, mercados o festivales y en ocasiones, respecto a ciertos títulos muy recientes, por la información reclutada en publicaciones e internet.

¿Quién escoge la película que celebran los pósters temáticos? (Desde hace unos años —aparte de la silueta de King Kong y de la imagen de la iglesia de San Bartolomé y Santa Tecla, que forman parte del logo del Festival— en los pósters y en los vídeos se suele celebrar el aniversario de alguna gran película fantástica: de 'Alien' este año, 'Blade Runner' en 2007, 'Terciopelo azul' en 2006, etc...) ¿Es difícil acordar los derechos para citar tales películas de culto?

El comité de selección elige el leit motiv del personal y luego nuestros colaboradores gráficos (Art & Maña) y creativos (Vitruvio Leo Burnett) crean la imagen. Lo más difícil de conseguir fue el permiso para introducir la imagen de Darth Vader en el póster del año 2004.

¿Qué actividades paralelas organiza el festival y cuáles son las que mayor éxito tienen?

Las clases magistrales (con Alejandro Jodorowsky, Guillermo del Toro, Abel Ferrara entre muchos otros en los últimos años...) y los encuentros de los talentos invitados con el público cada vez son más populares. Queremos fomentar la interactividad de los invitados con el público y es un buen sistema. Pero sin duda, lo más popular es la Zombie walk, un método festivo y masivo de participación de los fans.

En Sitges se oyen más risas que gritos de miedo o de asombro... el público llega a las salas con ganas de divertirse y aplaude uno por uno los títulos de crédito al principio de cada película... ¿Qué más se puede decir del público de Sitges?

Que es muy participativo. Le encanta interactuar con la película y crear foros de debate tras las proyecciones. Es increíble ver los corrillos de personas tras cada sesión discutiendo sobre lo que han visto.

¿Qué cineastas definiría como amigos del festival de Sitges?

Hay muchos; desde luego Tarantino, Jaume Balagueró o Guillermo del Toro, que ha mandado un e-mail que leyó Vincenzo Natali en la presentación de 'Splice', saludando a Sitges y disculpándose por no poder asistir este año al estar involucrado en la preproducción de 'El hobbit'.

El festival de Sitges tiene una sección dedicada al cine de terror asiático, Orient Express: parece que en los filmes de género hay subgéneros culturales... ¿Hay otras tendencias geográficas tan marcadas en las películas de miedo y de ciencia ficción en el mundo?

Empieza a haber una clara tendencia en Europa, con los países nórdicos, Francia o Inglaterra a la cabeza. España y Cataluña son ya unas potencias del género, como demuestran la saga 'Rec' o filmes como 'El orfanato'.

¿Qué fue del concurso de trailers falsos Teaserland que se inauguró en la edición precedente del Festival?

Teaserland eligió sus ganadores en una ceremonia en Barcelona y ahora sus organizadores están pensando en una segunda edición... quizá en Sitges 2010.

Este año el festival de San Sebastián recortó un día de su programa por problemas presupuestarios, mientras el de Sitges añadió dos. ¿Cómo se consigue esto en tiempos de crisis?

Nosotros hemos tenido problemas también, pero hemos hecho cálculos para aprovechar la festividad del día 12, lo que ha ayudado a la taquilla. A veces la crisis no se combate con recortes sino con imaginación.

¿Cuál es la película que más te ha asustado en toda tu práctica de cinéfilo con gusto al suspense?

Sin duda alguna, 'Tiburón': me traumatizó a los 11 años. Pero también 'Dawn of the Dead' de Romero me marcó... todavía me provoca pesadillas.

Sobre 'Tiburón' has escrito un libro ('Tiburón: ¡vas a necesitar un barco más grande! El filme que cambió Hollywood'). ¿Por qué exactamente sobre ésta? ¿Hay otra a la que dedicarías un libro entero?

'Tiburón' fue un trauma para mí y me descubrió que el terror me gustaba pese a todo. Por ello escribí un libro bastante personal sobre ella. Hay muchas películas sobre las que me gustaría escribir... 'Seven', 'Encuentros en la tercera fase'... muchas.

¿Hay algo que distingue la última edición de Sitges de las anteriores? ¿Y Sitges de todos los demás festivales?

La 42ª edición ha sido variada en programación, completa y muy equilibrada. Ha sido probablemente de la que me siento más satisfecho en términos globales. Sitges es un Festival con una personalidad especial. Es muy completo y algo abultado en tamaño, pero mantiene una cercanía y carisma que lo hace disfrutable.