Por EDU SÁNCHEZ (SOITU.ES)
Actualizado 19-10-2009 14:41 CET
Han pasado 73 años y sigue siendo el símbolo de la crueldad y la sinrazón de la Guerra Civil española. Sus poemas, sus obras de teatro, incluso algunas de sus interpretaciones al piano han podido recuperarse del olvido y el silencio al que la dictadura quiso condenarlas. Pero no así su cuerpo, que reposa de manera anónima en la sierra granadina, según la mayoría de los expertos. Ahora las tierras de Alfácar serán abiertas en busca de los restos de Federico García Lorca y sus compañeros de martirio. Él podría ser el único, sin embargo, que permanezca allí de manera anónima para la eternidad.
Comienza uno de los trabajos de exhumación más mediáticos de la reciente historia de España. Pero también, el trabajo arqueológico con más medidas de seguridad y privacidad de los numerosos que se vienen realizando desde hace años de manera voluntaria por las Asociaciones de Memoria Histórica, por expreso deseo de las familias implicadas. ¿Fue en esa zona de la sierra, junto a la Fuente Grande, donde fusilaron al autor de 'Mariana Pineda'? ¿Decía la verdad Manuel Castilla, 'Manolillo, el comunista' cuando señaló el sitio donde había enterrado a Lorca con sus propias manos? ¿Insistirán los descendientes del granadino más universal en su idea de mantener en el anonimato los restos de su tío? Intentamos aclarar algunas dudas sobre los trabajos que ahora empiezan.
¿Qué comienza esta semana?
- Tras muchos años de litigio entre las familias de los fusilados al comienzo de la guerra civil en la sierra de Granada y las autoridades autonómicas, provinciales y municipales; y con la reticencia siempre de la familia del poeta, por fin, esta semana comienzan los trabajos de excavación y exhumación en el parque Federico García Lorca del municipio de Alfácar. En esa tierra de yerbajos y pedruscos, el joven Manuel Castilla, 'Manolillo, el comunista' aseguró al historiador Agustín Penón, y años más tarde al hispanista Ian Gibson, que con sus propias manos había enterrado bajo un olivar al poeta y a tres compañeros de martirio la madrugada del 18 de agosto de 1936.
Ahora, tras el proceso judicial abierto por Garzón contra los crímenes del franquismo hace un año, los trabajos de la Asociación granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica (AGRMH) y la larga década que llevan litigando judicialmente algunos familiares de fusilados, por fin se abrirá la tierra de Alfácar y se conocerá parte de la historia. La parte que las familias implicadas han consentido y que la Junta de Andalucía se ha comprometido a respetar.
¿Dónde son los trabajos?
- Desde hoy un pequeño equipo de especialistas comienza a trabajar en seis puntos enmarcados en un perímetro de 200 metros cuadrados dentro del Parque Federico García Lorca [ver mapa] en la localidad granadina de Alfácar. Son seis puntos donde los técnicos del Instituto Andaluz de Geofísica —dirigido por José Antonio Peña— han detectado, gracias al georradar, movimientos y cambios de densidades en la tierra, así como posibles restos óseos a una profundidad de entre 0,60 y 1,80 metros.
¿Quién participa?
- Tras la firma del convenio entre la Junta de Andalucía, la Diputación de Granada, el Ayuntamiento de Alfacar, la Universidad de Granada y la Asociación granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica se ha creado un equipo técnico integrado por el historiador Rafael Gil Bracero, experto en la represión franquista y vicepresidente de la AGRMH, además de alcalde socialista de Pulianas, el municipio de donde era maestro uno de los fusilados, Dióscoro Galindo; el arqueólogo Francisco Carrión, doctor en Arqueología y codirector de las expediciones científicas de la Universidad de Granada en África; el forense José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, y responsable de identificar, entre otros, los huesos de Cristóbal Colón; y la historiadora Maribel Brenes, presidenta de la AGRMH y responsable de elaborar un mapa de fosas en la provincia.
Este reducido equipo de profesionales ha tenido que firmar un contrato de confidencialidad. Trabajarán bajo una carpa levantada sobre el perímetro de 200 metros cuadrados y tendrán prohibido llevar teléfonos móviles, cámaras fotográficas o grabadoras. El lugar estará vigilado día y noche por agentes de seguridad y sólo un asesor de la Junta de Andalucía procederá a hacer una grabación "oficial" que se distribuirá si no perjudica los intereses de las familias afectadas.
¿A quién se busca y quién será identificado?
- En principio, se cree que hay seis personas enterradas en esta zona. Los descendientes de tres de ellos —más los responsables del sindicato CGT al que pertenecía un cuarto sin familia— han pedido su localización e identificación. Se trata del banderillero Antonio Galadí, el restaurador Miguel Cobo, el inspector de impuestos Fermín Roldán y el también banderillero Joaquín Arcollas. De los tres primeros sí hay descendientes directos, por lo que se contará con pruebas de ADN —que garantizan aproximadamente un 70% la identificación—. Del cuarto sólo se podrá tratar de identificarlo a través de material fotográfico, una tarea muy difícil según los expertos.
El quinto cuerpo que posiblemente se encuentre enterrado en este lugar es el del 'maestro cojo', Dióscoro Galindo. Este profesor de la localidad de Pulianas, que perdió su pierna izquierda siendo un niño y que participó en las últimas elecciones de 1936 en favor del Frente Popular, compartió las últimas horas de vida con Lorca. Hace más de una década una de sus nietas —Nieves García Catalán, acogida por la familia cuando apenas tenía unos días de vida— lleva luchando por recuperar los restos de su abuelo. Por contra, los descendientes biológicos del maestro se negaban a la exhumación, por lo que era difícil cotejar con pruebas de ADN los restos. Sin embargo, este fin de semana la familia ha abierto la puerta a una posible colaboración a la vista de las medidas de privacidad establecidas por la Junta.
¿Cuál es la postura de la familia de Lorca?
- Los huesos más famosos de estas fosas, sin embargo, puede que finalmente no sean identificados. Los sobrinos de Federico García Lorca se han negado desde el principio a "remover" esas tierras y han sido partidarios de dejar la situación tal y como se mantiene desde hace 73 años. Consideran que debían seguir en ese lugar que ha recibido ya la consideración de "lugar apto para el enterramiento", por lo que podrán seguir allí reposando los restos cuyas familias así lo deseen. Los descendientes del granadino más universal consideran que la presencia allí de Lorca garantiza la protección del lugar frente a posibles especulaciones, en detrimento de otras víctimas anónimas. Ahora, sin embargo, no se niegan a colaborar con la identificación y disponer de los huesos.
Frente a la postura de la familia siempre ha estado el deseo del hispanista irlandés Ian Gibson, quien ha confesado que encontrar los restos de Lorca es la "obsesión" de su vida. Él fue el primero en publicar una exhaustiva investigación de las últimas horas del poeta y quien dio a conocer el lugar donde supuestamente está enterrado. Gibson ha señalado que si finalmente no se hace público los resultados de la investigación se marchará de España.
Lorca, Dióscoro Galindo y los banderilleros Antonio Galadí y Joaquín Arcollas.
¿Quién le ha buscado durante estos años?
- Desde aquella madrugada del 18 de agosto de 1936, cuando la noticia de la muerte del poeta corrió por Granada como la pólvora, la obsesión por encontrar los restos de Lorca ha sido una constante. Hace sesenta años el británico-maltés Gerald Brenan llegó a una Granada todavía sumida en el miedo de la posguerra y preguntó por el rastro del escritor, no sin grandes dificultades ante el silencio impuesto en una provincia que trataba de olvidar a su hijo más ilustre. Luego llegaría Agustín Penón desde Nueva York, donde se habían exiliados sus padres. A mediados de los cincuenta realizó la investigación más extensa, que incluía una entrevista con el hombre que había arrestado al poeta (Ramón Ruiz Alonso) y con Manuel Castilla, 'Manolillo, el comunista', quien había enterrado con sus propias manos a Lorca. La misma historia contó una década después el irlandés Ian Gibson, quien la pudo publicar en 1972, aunque fuera de España.
¿Dónde se ha dicho que podía estar enterrado?
- "En este rodal de aquí desde luego que es; más arriba o más abajo, pero en este rodal, junto al olivo". No tenía dudas 'Manolillo, el comunista' del lugar donde le habían obligado a cavar la fosa para Lorca y sus compañeros fusilados. Ahí, junto al olivo viejo levantaron un monolito las autoridades en recuerdo del poeta y de todas las víctimas de la guerra civil y la represión franquista. En 1986 el ayuntamiento de Alfácar abrió el Parque Federico García Lorca, que ahora tiene la consideración de "lugar apto para el enterramiento".
Pero además de este sitio, también se ha especulado con otros. A unos 400 metros, en la cuneta de la carretera que comunica las localidades de Alfácar y Víznar, se encuentra la zona conocida como 'El Caracolar' [ver mapa]. En este terrero igual de hosco, seco y donde sólo crecen los olivos y algún pequeño arbusto, podrían haber enterrado los cuerpos. Entre dos árboles hay colocada una gran piedra sobre la que se puede distinguir la forma de una cruz rudimentaria hecha a mano. Quizá la hizo el sepulturero para evitar que los agricultores que trabajaban estas tierras levantaran los cuerpos con el arado.
Algunos historiadores han sostenido, sin mucha base científica ni historiográfica, que dos días después de su fusilamiento, el padre del poeta exhumó el cadáver de madrugada y lo sepultó en los cimientos de la Huerta de San Vicente, la casa de veraneo de la familia en Granada. Otros, como el escritor Miguel Caballero no descartan que pueda descubrirse que los huesos del autor del 'Romancero gitano' acabaron, como tantos otros miles, en los nichos anónimos del Valle de los Caídos.
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