Madrid 2020: No hay cliente, pero ya tenemos concurso de logo

El Colegio de Arquitectos convoca un concurso de ideas para el logotipo de la Candidatura Olímpica Madrid 2020. No existe la candidatura, ni parece que esté entre las prioridades de un Gallardón que sigue escondido lamiéndose las heridas. Aunque se llegara a dar, no consta que el COAM sea quién para decidir cuál ha de ser el logotipo que represente el tercer fiasco. Es la fiebre de los concursos de Diseño. Que cualquiera pueda presentarse, que todo el mundo vote, que se haga el mayor ruido aunque el resultado sea mediocre. Los diseñadores están hartos. Ninguna otra profesión se ve expuesta a este espectáculo. Además, esta vez el agravio viene desde un colegio profesional tan próximo como lo es el de arquitectos.

Aún se recuerda el concurso del Colegio de Médicos de la Rioja, que hoy tiene que apechugar con el penoso resultado obtenido, un garabato que bien parece un chiste sobre la caligrafía de los expendedores de recetas. Y de colegio a colegio, esta vez son los arquitectos quienes, sin que se entienda bien por qué, convocan un concurso que no les corresponde, para un encargo que no existe, y con un premio más propio de una rifa de bar de pueblo que de una apuesta seria por unas olimpiadas para Madrid.

Desde las asociaciones de diseñadores viene levantándose la voz cada vez que a alguien se le ocurre que un concurso indiscriminado es la manera de obtener un buen diseño. Los profesionales no suelen presentarse, prefieren optar por el encargo en firme frente a la especulación que este tipo de concursos supone. Si a ello le unimos que no existe nunca suficiente información en las bases como para afrontar con un mínimo de garantías el proyecto, los resultados en el mejor de los casos son formalmente aparentes, aunque de dudosa eficacia, y eso cuando no se comete el error de premiar un plagio. Sucedió con el logotipo del Gobierno de España, con varios de los que aspiraban a representar la candidatura de 2016, y seguirá pasando.

Una sugerencia: para acabar de meter el dedo en el ojo a los diseñadores, bien podría el COAM exponer los trabajos presentados en el espacio que comparte en el Matadero con la Asociación de Diseñadores de Madrid. Eso sí que es tener al enemigo en casa.

Y metidos en faena, mañana seguimos con otro: el concurso que el Ministerio de Innovación, a través de su Fundación FECYT, ha convocado para encontrar una «iconografía de la innovación».