Kournikova muestra su cara más comprometida en campaña contra el sida en Rusia

Moscú.-  La ex tenista y modelo rusa Anna Kournikova abandonó por unos días su papel de princesa del glamour en Estados Unidos para regresar a Rusia y lanzar una campaña de prevención del sida.

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La ex tenista y modelo rusa Anna Kournikova abandonó por unos días su papel de princesa del glamour en Estados Unidos para regresar a Rusia y lanzar una campaña de prevención del sida. EFE/Archivo

"Para mi es extraordinariamente importante y emotivo estar aquí en mi patria, en Moscú, con una misión como la que llevo a cabo ahora", afirmó en rueda de prensa la rubia rusa, de 28 años y pareja del cantante español Enrique Iglesias.

Relató que, decidida a dedicarse a la labor social y caritativa, ofreció su colaboración a la ONG Population Services International (PSI) y su filial rusa, el Fondo de Desarrollo Social e Información, que ayudan a los sectores más desprotegidos de la población.

Como embajadora de buena voluntad de PSI, Anna inauguró en San Petersburgo un centro de rehabilitación de niños y adolescentes, mientras en Yekaterimburgo, en los Urales, recorrió las calles en una furgoneta con activistas que atendían a drogadictos.

"En los últimos días me enteré de tantas cosas que me cuesta contarlo, hay que verlo para sentir lo dramática que es la situación de los portadores del VIH (virus de inmunodeficiencia humana)", relató, visiblemente conmovida, la deportista.

En Rusia, explicó, hay poco menos de un millón de portadores del VIH, casi el 70% de ellos jóvenes de menos de 30 años, y cada día se contagian entre 30.000 y 40.000 personas, la mayoría "por la jeringuilla".

Kournikova confesó que en Yekaterimburgo decidió pasar ella misma la prueba del sida, para demostrar a la gente "lo rápido y fácil" que es hacerlo y obtener en diez minutos los resultados.

Además, subrayó la apremiante necesidad de que las autoridades y la sociedad dediquen más atención y esfuerzos a la prevención del sida, a las campañas de información y a la organización del ocio de los adolescentes, para "darles alternativas a la calle".

"Yo tuve suerte, he tenido una familia, casa, padres, abuelos, pero muchos niños están privados de ello y se ven en la calle, por ello es tan importante que tengan un lugar donde ir y encuentren a personas dispuestas a escucharles y ayudarles", subrayó.

Kournikova relató que, poco antes de dejar el tenis profesional, empezó a preguntarse a qué quería dedicar su vida y confesó que siempre le habían gustado los niños y preocupado los problemas de los adolescentes.

Así decidió ponerse en contacto con la ONG Boys & Girls Club of América, para la que trabajó medio año con el fin de adquirir experiencia y conocimientos, y después decidió extender su labor a otros países y ofreció sus servicios a PSI.

Confesó que el mejor ejemplo para ella entre los deportistas retirados es el del ex tenista estadounidense André Agassi, al que llamó su "ídolo", por crear una fundación benéfica y abrir escuelas en Las Vegas para ayudar a niños de familias pobres.

Su campaña internacional Anna comenzó en febrero pasado en Haití, atendiendo a enfermos de malaria, portadores de VIH y a niños vagabundos o de familias pobres, "convertidos en esclavos de los más ricos", además de promover procedimientos de purificación del agua y repartir mosquiteras con insecticida.

"Y pensar que toda esta miseria se encuentra a apenas una hora y media o dos horas de Florida. Es terrible descubrir a tan poca distancia un mundo totalmente diferente", señaló.

Kournikova, quien subrayó que sigue practicando tenis "dos o tres veces a la semana, pues es lo sano y el cuerpo lo pide", además de jugar partidos de exhibición, afirmó que en su campaña se propone dar clases maestras a los niños "para promover el deporte como la mejor alternativa a la calle".

"En fin, confío en que, como embajadora de buena voluntad y gracias a mi nombre y a la popularidad que me he ganado en el deporte y en otros campos conseguiré atraer la atención de la prensa, los políticos y la sociedad al problema del VIH", resumió.

La modelo rusa eludió comentar si su pareja respaldaba su actividad social, mientras, al enterarse de que Julio Iglesias, en su reciente visita a Moscú, la llamó "guapísima" y la alabó por enseñar ruso a Enrique, no quiso ser menos.

"Y yo también hablo español. ¿Cómo no?", sentenció la rusa, quien residió durante cierto tiempo en Miami, donde según la prensa le ha comprado un apartamento a su madre.