El diálogo entre los indígenas y el Gobierno ecuatoriano está en un punto muerto

Quito.-  El diálogo entre el Gobierno ecuatoriano y los indígenas que se oponen a un proyecto de Ley de Aguas quedó hoy en punto muerto a causa de la muerte de un manifestante en las protestas registradas en la Amazonía.

El vicepresidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Miguel Guatemal, dijo a Efe que el diálogo está en punto muerto pese al llamamiento del jefe de Estado, Rafael Correa, para conversar sobre las preocupaciones de los indígenas.

"El Gobierno tendrá que decir hora, fecha y en dónde. Nosotros no vamos a estar mencionando que nos den apertura para el diálogo", dijo Guatemal, quien puntualizó que no desean entrar en la casa de Gobierno por lo que la reunión deberá ser "en un lugar neutral".

Según el dirigente, las distintas secciones regionales de la Conaie, tanto en la Costa y Sierra como en la Amazonía, celebran asambleas permanentes para analizar la conveniencia de dialogar con el Gobierno.

Guatemal indicó que en la Sierra, la Conaie está desde anoche en "movilización permanente" por lo que continuará el bloqueo de vías y las protestas callejeras iniciadas el pasado lunes en contra del proyecto de ley, detrás del cual ven los indígenas ven una futura privatización del agua, lo que es negado por el Ejecutivo.

"Las asambleas (de las regionales) tendrán que tomar decisiones porque con las dos personas muertas no es posible entrar al dialogo", dijo el vicepresidente de la Conaie

Oficialmente solo está confirmada la muerte de un maestro de la etnia "shuar", Bosco Wisum, cuyo velatorio se celebraba hoy en la provincia amazónica de Morona Santiago (este), en cuya capital, Macas, se produjeron los incidentes de ayer.

Tras lamentar la muerte de Wisum, el ministro de Gobierno, Gustavo Jalkh, dijo que se investiga el posible fallecimiento de otra persona presuntamente por manipulación de dinamita.

Jalkh también informó de que cuarenta policías resultaron heridos en las protestas, a las que acudieron desarmados, según dijo, e insistió en la necesidad de iniciar conversaciones.

El presidente Rafael Correa, por su parte, al ser consultado hoy acerca de si está dispuesto a viajar a la Amazonía, pidió que se respete el "principio de autoridad".

"Nadie, ningún grupo se puede creer por encima del Estado (...) ¿quién me dice por qué es el paro?, alguien me puede decir por qué es la movilización?", preguntó en declaraciones a periodistas.

"Dicen que esto es en contra de la minería, ¡ya basta! el país tiene que superar esto, están jugando con cosas demasiado serias, con el presente y el futuro de nuestros hijos", respondió a su propia pregunta al insistir en que las "puertas están abiertas" para el diálogo.

La muerte del profesor Wisum alteró más los ánimos de la Unión Nacional de Educadores (UNE), sindicato de los maestros de Ecuador.

La presidenta de la UNE, Mery Zamora, aseguró a Efe que el suceso "afirma" las protestas contra el Gobierno de Correa, al que calificó como "el peor incitador para provocar la confrontación de pueblo contra pueblo".

"La sangre de Bosco (...) nos afirma. El dolor que sentimos se convierte en firmeza, combate, unidad de este magisterio", dijo Zamora, quien liderará hoy la llamada "marcha de las cacerolas vacías" en contra del Gobierno.

Anunció que el próximo miércoles protagonizarán una "gran marcha nacional" en Quito, con lo que, según dijo, "el paro se radicaliza".

La protesta "se afirma para que el Gobierno muestre sensibilidad, retroceda, recapacite, rectifique frente a toda la avalancha de la persecución y represión que ha ejercido contra la lucha justa del magisterio y los indígenas", señaló Zamora en referencia a las protestas de la UNE por una reforma a la Ley de Carrera Docente.

De su lado, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH) de Ecuador expresó hoy su "profunda preocupación" por la situación y exigió que "el Estado cumpla con su responsabilidad primordial de generar canales de diálogo".

Se trata "no solo de 'abrir las puertas de palacio', sino de cambiar su política intransigente de oídos sordos hacia las distintas expresiones sociales que tiene la sociedad civil", indicó la APDH en un comunicado.