El éxito de Merkel se debió sobre todo a la crisis del SPD

Berlín.-  La canciller alemana, Angela Merkel, debe su reelección en las generales del domingo sobre todo a la crisis de su hasta ahora socio, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), y al deseo del electorado de poner fin a la gran coalición, lo que aupó al Partido Liberal (FDP).

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(EFE)

La canciller federal, Angela Merkel (c), ganadora de los comicios legislativos de este domingo en Alemania al frente de la Unión -cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU)-, recibe un arreglo floral junto al primer ministro de Hesse, Roland Koch (d) y al secretario general del partido, Ronald Pofalla (i), en Berlín (Alemania), hoy, 28 de septiembre.

Ese es a grandes rasgos el análisis postelectoral de los institutos demoscópicos un día después de los comicios generales, en los que la Unión (CDU/CSU) de Merkel obtuvo el 33,8 por ciento (-1,4%) de los votos, mientras que el SPD cayó a un histórico 23 por ciento (-11,2%).

Según coincidieron hoy en destacar los cuatro principales institutos demoscópicos de este país, el fuerte auge del FDP, que obtuvo un 14,6 por ciento (+4,8%), se debió sobre todo a que este partido pudo beneficiarse de votantes que en circunstancias normales hubieran votado a los cristianodemócratas pero que temían una reedición de la gran coalición.

"El porcentaje de votantes tácticos del FDP contribuyó al retroceso de la CDU/CSU", explicó Renate Köcher, del instituto Allensbach, junto a sus colegas del Instituto de Análisis Electorales, Forsa y Dimap Infratest.

Köcher reconoció, no obstante, que el partido Liberal de Guido Westerwelle ya había conseguido subir en nivel de simpatías a lo largo de toda la legislatura.

La Unión en su conjunto cedió además como consecuencia de la caída sufrida por su ala bávara, la Unión Socialcristiana (CSU), que desde hace más de un año no consigue salir de su crisis interna.

Con todo, los analistas coinciden en que el éxito de Merkel no fue tanto fruto de un esfuerzo propio o de una campaña especialmente buena, sino consecuencia de los errores del SPD.

El desastre electoral del SPD de ayer no es, en definitiva, más que la consecuencia de la fuerte erosión que viene sufriendo desde que el entonces canciller Gerhard Schröder lanzó un programa de reformas sociolaborales que levantó ampollas en la sociedad.

"Los recortes en los subsidios al paro crónico y el aumento de la edad de la jubilación a los 67 años han dejado mella", afirmó Manfred Güllner, del instituto Forsa, miembro del SPD desde 1964 y ahora uno de sus principales críticos.

Los estragos de la Agenda 2010, como se denominó el programa de reformas, y el descontento con la gran coalición han llevado a que 2 millones de electores que votaban al SPD se quedaran esta vez en casa.

Los tradicionales seguidores del SPD no podían identificarse con la gran coalición, si no más bien simpatizaban con las posiciones de la oposición, lo que llevó a que o bien optaran por alguno de estos partidos o simplemente no acudieran a las urnas, resume Köcher.

Los analistas no acaban de ponerse de acuerdo si el debilitamiento de los grandes y el fortalecimiento de los pequeños partidos se mantendrá a la larga o es un fenómeno pasajero.

Los tres partidos de la oposición alcanzaron ayer sus respectivos mejores resultados; además del 14,6 por ciento del FDP, que quedó como tercera fuerza, La Izquierda, surgida de la disidencia socialdemócrata y de los poscomunistas del PDS, obtuvo el 11,9 por ciento (+3,2%) y Los Verdes, el 10,7 por ciento (+2,6%).

Según Köcher, todo dependerá de si los dos grandes partidos logran recuperar un perfil más definido y un tratamiento mutuo crítico.

Una de las claves del éxito del Partido Liberal fue el buen calado que tuvo su promesa de bajar los impuestos, mensaje que al parecer creyeron, pese a la crisis económica, tanto sus seguidores tradicionales, como votantes de otros partidos, incluso de los verdes y la izquierda.