A contracorriente: en Alemania la izquierda-izquierda sí tiene fuelle

Golosinas con forma de corazoncitos rojos, condones con la inscripción «lleno de ganas», caramelos de menta con un eslogan que invita a «Ideas frescas y respiración profunda» y cientos de globos rojos. Con estos objetos promocionales, el partido alemán Die Linke, La Izquierda, empezó este viernes en la Alexanderplatz de Berlín la recta final antes de las elecciones federales del domingo. Primero Die Linke y luego los socialdemócratas de la SPD cerraron su campaña entre aplausos y esperanzas, aunque lo más probable es que se encuentren juntos, después de los comicios, en los bancos de la oposición.

L.L.

Regalitos promocionales de La Izquierda.

La Izquierda es una formación que nació hace apenas un par de años y no ha dejado de crecer. Con un 8,7% obtenido en las últimas elecciones es el único partido más a la izquierda de la socialdemocracia en Europa que se puede permitir el lujo de apuntar al 10% de los votos. Antes se decía que sus electores eran sólo los nostálgicos de la Alemania del este, pero después del éxito que obtuvo hace menos de un mes en las regiones occidentales, se ha empezado a verlo como un fenómeno nuevo. Sin embargo, nadie quiere gobernar con ella y para su líder, Oskar Lafontaine, todos los partidos suelen usar palabras negativas, pues le tildan de «antieuropeo», «irresponsable», populista» y «sectario». El sitio de la Izquierda es el de una oposición creativa.

Las encuestas más importantes del país sostienen que este partido tiene éxito entre los jóvenes por su lucha por el «salario mínimo garantizado» y por ser el único partido que quiere la retirada de las tropas de Afganistán. Hemos salido a buscar a los jóvenes a la Alexanderplatz, pero salvo algunos de los organizadores que repartían caramelos y condones, la edad media del público que encontramos era bastante elevada, lo cual explica que el momento álgido del discurso de Oskar Lafontaine se centrara en las pensiones. Eso sí, en el acto no faltó el humor: «Los políticos de la CDU (la formación cristianodemócrata de Angela Merkel) deberían andar vestidos como Michael Schumacher, es decir, con los logotipos de todas las entidades privadas que les pagan», dijo Lafontaine que es partidario de terminar con las financiaciones de bancos y seguros a los partidos.

(REUTERS)

Frank-Walter Steinmeier (SPD), rascando votos en la recta final.

Y el tema es que el Gobierno que saldrá de las urnas el domingo podría cambiar al país de forma radical. Si se confirman los sondeos, Ángela Merkel podrá formar una coalición tan sólo con los liberales del FDP en lo que sería un desplazamiento de las fuerzas hacia la derecha y un Ejecutivo que va a poner más fuerzas en Afganistán, va a seguir con la energía nuclear y va a poner reglas a los mercados, «sin hacer la guerra contra los empresarios».

Pero en el cierre de campaña de la SPD en la Puerta de Brandeburgo los presentes nos recordaban que los números a veces se equivocan y las elecciones pasadas fueron la mejor demostración. Aunque parece imposible, según dicen, cabe otro escenario: un Gobierno sin Angela Merkel. «Yo creo todavía en una coalición semáforo», aseguró Thomas Muelnickel, 29 años, mientras esperaba el discurso de Frank Walter Steinmeier. Por coalición «semáforo» se entiende un Gobierno formado por socialdemócratas (rojo), Verdes y liberales (cuyo color en Alemania es amarillo). «Lo que es cierto es que no puede haber otra Gran Coalición», argumenta Muelenickel, «y estamos hartos de Ángela Merkel, que por sí misma no tiene ningún plan sino que se limita a seguir consejos de otros».

A pesar de que la opción «semáforo» no es la más acreditada por los analistas políticos, tiene muchos fans entre el público que acudió este viernes al discurso de Steinmeier: «No le tengo miedo a los liberales si el canciller es Steinmeier», asegura Katrina K., 32 años, quien votará para el SPD, «una coalición de SPD, verdes y liberales es lo mejor que podemos esperar para salir de la crisis económica que es actualmente nuestra prioridad», aseguró. Detrás de ella subían el alcalde de Berlin Klaus Wowereit y el líder del SPD para el último discurso.

A pesar de los aplausos, la multitud y las esperanzas de los presentes parece que serán más los que acudan al cierre de campaña de Ángela Merkel. Mientras las últimas encuestas citadas por la televisión ZDF atribuyen una victoria estrecha pero segura a Merkel y liberales. Como mucho, según Forsa (otra encuestadora) el resultado podría determinar una situación por la que una nueva Gran Coalición es la única salida.

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