Miente quien diga que no tiene prejuicios. Son una parte fundamental de nuestra memoria y sin ella nos convertiríamos en pececillos, como Dory, la amiga de Nemo. Lo que debemos hacer es aprender a convivir con ellos evitando que cieguen nuestro juicio. Peter Eisenman es una de mis más profundas filias. Creo que es (y me temo que seguirá siendo) el gran olvidado de los premios Pritzker al igual que Borges lo fue del Nobel de Literatura.
La madera ondulada del proyecto inicial.
Con este ánimo y evidente prejuicio, visité las obras de la Ciudad de la Cultura de Santiago. Verano tras verano, desde hace ocho o nueve años he contemplado la evaporación del Monte Gaiás y la lenta aparición de las sinuosas siluetas de las cubiertas de la excelente maqueta ganadora del concurso de 1999. Aquella compleja topografía artificial se impuso a excelentes y rotundas propuestas como la de Perrault, a tímidos y supuestamente regionalistas planteamientos como el de Portela y a aberrantes ordenaciones infantiles como la de Bofill (todas las maquetas finales del concurso pueden contemplarse en las propias instalaciones de la obra). Para alegría de muchos de nosotros, el maestro norteamericano tenía por fin su gran oportunidad.
Diez años después, al poder por fin acercarnos a la montaña mágica en construcción ¿qué nos encontramos? Seré un poco despiadado: un enorme monte desmochado sobre cuya nueva plataforma horizontal se posan confusamente tres o cuatro hangares muy sofisticados, y, por supuesto, los dos silos-torre de John Hejduk, homenaje póstumo de Peter Eisenman a su viejo compañero de batallas en los Five Architects.
¿Qué ha pasado? ¿Dónde está aquel edificio topográfico que restituía de manera artificial el perfil del viejo monte para alojar en su interior los nuevos usos culturales? ¿Qué fue de aquellos trazados sinuosos homólogos a los del casco antiguo de Santiago que estructuraban con naturalidad el conjunto sin necesidad de recurrir a las artificiosas retículas ortogonales? Mi cabeza buscaba desesperadamente conexiones entre las complicadas naves industriales que estaba viendo y aquella hermosa maqueta-metáfora de mi memoria: toda ella de madera, continua y delicada, donde el Monte Gaiás se desplegaba con naturalidad sobre la totalidad de los edificios, inventando en su interior el espacio cavernoso de la cultura; escondido y pegado a la tierra, a lo natural, a la vez que iluminado sutilmente desde las vibrantes grietas que había cincelado lo urbano.
No las hay. Prácticamente ninguna (por lo menos en este momento). Lo construido es otra cosa. Es una especie de centro comercial y de ocio gigantesco (de lujo, eso sí), al más puro estilo de los suburbios residenciales de crecimiento rápido, colocado en un punto alto del paisaje para que se vea muy bien, y dotado de su propio totem publicitario con las dos torretas de Hejduk.
En descarga del arquitecto hay que decir dos cosas:
Foto manipulada de lo que hay ahora.
Pero en el debe de Eisenman y su socio nacional en la fase de ejecución, Andrés Perea, también hay que apuntar algunas cuestiones exclusivas (casi nunca es fácil determinar con precisión el porcentaje de responsabilidad de cada coautor en el proceso de toma de decisiones de un proyecto, con lo que en una, por citar el Discovery Channel, 'megaconstrucción' como ésta, resulta totalmente imposible):
Encuentro algunas decisiones estratégicas de construcción muy discutibles. No hablo del detalle ni de la calidad constructiva que es seguro excelente (probablemente demasiado excelente). Pienso en algunas cuestiones como las siguientes:
No. No es la obra redonda que parecía intuirse desde el concurso y que personalmente yo esperaba y deseaba para Santiago y para Eisenman por las distintas afinidades que me unen a ambos. Es, mejor dicho será, un equipamiento muy singular, con algunos valores arquitectónicos interesantes que espero que los gallegos sepan completar con un programa de usos y actividades, este sí, auténticamente excepcional.
Yo, mientras tanto, seguiré recordando la madera de aquella hermosa topografía habitada.
*Diego Fullaondo es arquitecto y uno de los directores del estudio IN-fact arquitectura.
Si quieres firmar tus comentarios, regístrate o inicia sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Tópicos, realidades y estereotipos cazados a vuelva pluma por las calles de Madrid
En: El País
Recomendación: Diego Bayón
Uno de cada tres jóvenes accede a Internet desde su teléfono móvil. Aunque sea casi imposible conseguir el dato, cada vez es más frecuente encontrarse a personas con un iPhone en sus manos en cualquier lugar. O de cualquier otro dispositivo móvil con acceso a Internet. Terminales multidispositivo que han están cambiando radicalmente el comportamiento del usuario.
En: E-Campanya
Recomendación: Albert Medrán
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si quieres, puedes registrarte o, si ya lo estás, iniciar sesión ahora.