"The Last Giants" o la lucha de una mujer por salvar los cetáceos de Tarifa

Berlín.-  El documental alemán "The Last Giants" muestra a partir de mañana en los cines germanos la odisea de Katharina Heyer, una mujer suiza decidida a salvar a los grandes cetáceos del Estrecho de Gibraltar frente a la indiferencia política y la acción del hombre.

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(EFE)

Imagen de cetáceos en el estrecho de Gibraltar del documental alemán "The Last Giants" que se muestra a partir de mañana en los cines germanos y trata de la odisea de Katharina Heyer, una mujer suiza decidida a salvar a los grandes cetáceos del Estrecho de Gibraltar frente a la indiferencia política y la acción del hombre.

Radicada en Tarifa, Heyer lucha desde hace doce años contra "la ignorancia y la indiferencia" respecto a la riqueza natural que supone la presencia de rorcuales, cachalotes, calderones, delfines y orcas en los catorce kilómetros que separan las costas de España y Marruecos.

La película -"Los últimos gigantes, cuando muere el mar", en español- desvela el carácter de "paraíso natural" de las aguas del estrecho y su extraordinaria biodiversidad, "desconocida hasta ahora en parte de Europa y también en España", explicó hoy a Efe Heyer.

La cámara del cineasta Daniele Greco sigue a los cetáceos en su odisea marítima a través del estrecho -que acumula la mayor variedad de esas especies del mundo-, en una travesía constantemente amenazada por los cerca de 300 mega-buques de mercancías que diariamente atraviesan su hábitat natural.

El estrecho gibraltareño es una de las franjas acuáticas más transitadas por el hombre, lo que convierte el día a día de esos animales en un arduo ejercicio de supervivencia.

"No sólo se trata de los golpes que reciben ni de las basuras que les envenenan o les ahogan. El ruido que generan los barcos es insoportable y les desorienta. Incluso les provoca derrames cerebrales", apuntó Heyer.

Las múltiples amenazas a las que se ven sometidos los legítimos inquilinos del estrecho derivan no sólo del desinterés empresarial sino también del desconocimiento social. "Ahí no ha habido ballenas nunca", sostiene convencido un vecino de la zona en el filme.

"Desde que se convirtieron en especie protegida, han pasado a ser unos grandes desconocidos. Como no se pueden ni pescar ni comer, han dejado de interesar", explicó a Efe Grieco, que culmina con el estreno de "The Last Giants" un trabajo de tres años.

La batalla de tintes bíblicos que enfrenta a los "pequeños" cetáceos y los ingentes barcos de mercancías, ocupa la mayor parte del metraje de la cinta, de hora y media, rebosante de instantáneas de la fascinante fauna acuática.

Seducida por los cetáceos, Heyer creó la fundación FIRMM (Foundation for Information and Research on Marine Mammals), para recabar información sobre los cetáceos del estrecho y concienciar a la comunidad local.

El proyecto de Heyer no fue bien recibido al principio. "Los vecinos pensaban que iba allí a enriquecerme con sus ballenas. Entre tanto ha cambiado el panorama. Han visto que con la observación de los animales se atrae turismo y se crea empleo local", señaló.

Heyer, que trabajaba como diseñadora de moda antes de consagrar su vida a la conservación marina, se muestra más crítica, sin embargo, con la parte institucional.

"El Gobierno español es consciente de que los cetáceos están ahí. De hecho los barcos que pasan por el estrecho están obligados legalmente a reducir su velocidad a trece nudos. Pero ni siquiera lo cumplen los convoyes militares españoles", sostuvo.

Y las navieras tampoco ponen demasiado de su parte. "Las compañías de ferries (transbordadores) saben que hay cetáceos en la zona pero mientras unas rodean sus hábitats naturales otros los cruzan sin miramientos. Para ellas es cuestión de tiempo y dinero", aseguró.

La próxima aventura de Heyer, que espera culminar en los próximos meses, es la puesta en marcha de un centro de rescate marítimo en la costa marroquí.

En ese estuario espera no sólo poder atender a animales heridos en el estrecho sino dar cobijo a los delfines que dejan de ser útiles a los delfinarios españoles y que, tras años en cautividad, no pueden devolverse al mar.

Con "The Last Giants", Grieco espera despertar la concienciación sobre la amenaza que se cierne sobre esos animales protegidos y que está "ocurriendo a las puertas de Europa, no en Micronesia".

Si no se actúa pronto, el exceso de tráfico marítimo y la sobreexplotación de la pesca, que amenaza las reservas marítimas, puede hacer realidad, según el cineasta, la perentoria moraleja de su cinta: "Si muere el mar, también morirá la Tierra".