"Barroso no es nuestra opción política, hemos votado por convicción"

Enrique Guerrero, eurodiputado socialista en Estrasburgo y ex-jefe de fontanería de Zapatero, justifica el voto del Gobierno del PSOE a la reelección del último político en activo de la famosa foto de las Azores sellando la guerra de Irak (Bush, Blair, Aznar y Barroso). Nada más votar a Barroso como presidente de la Comisión Europea, Guerrero ha explicado en directo en utoi.es la actitud de los socialistas españoles que, junto a los compatriotas portugueses de Barroso, han sido los únicos en dar el sí, desmarcándose del resto de socialistas europeos.

(EFE)

Ana Cañil: Buenos días, señor Guerrero ¿le ha dado tiempo a quitarse la pinza de la nariz para votar al señor Barroso, el último de la foto de las Azores que queda en activo, como presidente de la Comisión Europea?

Enrique Guerrero: Hemos votado estabilidad institucional, europeísmo y apoyo a prioridades de la Presidencia española. Estabilidad: la Comisión no puede estar en situación provisional ante la crisis. Europeísmo frente a euroescépticos. Comisión fuerte al iniciarse la Presidencia española.

Pilar Portero: Muy correcta la respuesta. ¿Pero el castigo a Borrell por romper la disciplina con la directiva de la vergüenza ha pesado en ser los únicos socialistas junto a los portugueses en votar a Barroso o con la razón dada por López Aguilar de que "Zapatero le apoya" era suficiente?

E. G: Hemos votado por convicción. Barroso no es nuestra opción política. Pero es la única que puede dirigir la Comisión. Nosotros queremos fortalecer la institución. Sobre eso nos hemos pronunciado, no sobre la persona. Había razones suficientes para votar sí.

A.C:Las personas son las que gestionan ¿o no? La decisión de Zapatero de apoyar a Barroso ¿no es una muestra de que el presidente español es cada vez más presidencialista y van ustedes en pendiente? Se les avecina un otoño más que caliente ¿no?

E.G: Cuestiones distintas. La crisis hará un otoño problemático, pero tendremos presupuesto y buscaremos acuerdo social. Claro que cuentan las personas. Pero la Comisión es un colegio, y la nombrarán los gobiernos. El Parlamento Europeo y los socialistas estaremos vigilantes ante la Comisión.

P.P: España desde Estrasburgo: Hasta el grupo PRISA, al que siempre se ha considerado afín al PSOE, dice que el Gobierno va a la deriva y que está en la pendiente. ¿Le preocupa cómo está calando la idea?

E.G: Es la crisis la que exige respuestas actualizadas. Miremos en nuestro entorno. Pueden parecer improvisadas aquí y en otros países. En realidad, son decisiones para problemas no presentados antes. Sólo la rigidez y la inmovilidad son inapropiadas para las nuevas situaciones.

A.C: Ya veo que le sale la vena del discurso institucional. Más crisis ¿para qué sirve subir impuestos sin abordar reformas estructurales, como la del mercado laboral? Sin caer en la demagogia de que se abarata el empleo ¿cuándo le dicta Cándido Méndez la política a ZP, por la noche?

E.G: Hay que hacer las dos cosas. Utilizar los impuestos para las necesidades inmediatas de millones de ciudadanos y hacer reformas para el futuro de la economía. A las dos se ha comprometido el gobierno. Ignoro el día a día del presidente más allá del ámbito institucional.

P.P: ¿Los españoles tenemos más tragaderas que en otros países? Nunca ha habido tantos despidos sin movilización sindical. ¿Estamos tan desencantados con el sistema que no tenemos fuerzas ni para defendernos? ¿Han dimitido de su labor los representantes de los trabajadores?

E.G: La confrontación no crea puestos de trabajo. El diálogo y el acuerdo puede evitar que se destruyan. Sindicatos y gobierno han optado por proteger a la mayoría de ese número insufrible de parados. Hoy son más que en 2004, pero son menos los que no tienen protección.

A.C: Ignora el día a día del presidente...O sea, que aunque ha sido usted uno de sus grandes cerebros en la sombra, le pasa como a Solbes, Almunia, González, Jáuregui, que no reciben ni una llamada ¿la experiencia es un grado o un agravio para Zapatero?

E.G: Ni una cosa ni la otra. Pero todos sabemos que los cambios tienen un alto componente generacional. Y hubo un cambio en 2004. Si algo se le achaca alguna vez a Zapatero es que habla con mucha gente más allá de los que tiene cerca. Yo eso lo considero una virtud más que un déficit.

P.P: Un año después los sueldos de los directivos siguen sin control. ¿No cree que además de ellos, los políticos y el Rey deberían bajarse el sueldo, ahora que nos lo están reduciendo en muchas empresas? Así contrarrestarían la sensación de que siempre nos sacrificamos los mismos.

E.G: Todos sabemos que los sueldos de los políticos españoles, especialmente en el gobierno, están muy por debajo de los de su entorno. Están en el presupuesto. Pero es verdad que todos debemos sacrificarnos y tanto el año pasado como éste se han congelado los de los cargos públicos.

A.C: Cuando llegó a Europa lo que más le reconfortaba era estar en ese Parlamento porque es un europeísta convencido. Y que su voz y sus ideas eran suyas ¿cómo le fue ayer durante su intervención en Estrasburgo y qué les dijo?

E.G: Me fue bien. Dije que los países desarrollados estaban saliendo de la crisis pero los menos desarrollados la sufrían con intensidad. Nosotros arriesgamos algo de bienestar y ellos perder una década contra la pobreza. Toda una generación perdida. Un drama en África.

P.P: Pero si según dijo Zapatero en un programa de la televisión, la crisis es un estado de ánimo. Dado el positivismo del presidente, se entiende que tardara tanto en reconocerla ¿Nos recomienda alguna terapia, que sepa que funcione, para superar el trance que soportamos?

E.G: La eficacia de toda terapia también depende del estado de ánimo. Cuando las cosas empiecen a ir bien todo empujará a que vayan bien más deprisa. A esto le llaman los keynesianos 'efecto mostración'. Y nosotros somos algo keynesianos.

A.C: ¿Sólo "algo" keynesianos después de las políticas del gobierno de Zapatero? A un sabio y maduro heredero de los años 60 ¿qué le duele más, la Europa de Barroso o la España de ZP? Como vamos terminando, díganos cuando se acabará la crisis en España, si se atreve...

E.G: Durante la Presidencia de la Unión. Me duele, como a todos, quienes están sufriendo los efectos agudos de la crisis, los parados. Soy más keynesiano que la media. He trabajado en varios ministerios sociales y aprecio el valor de lo público. Maduro sin duda, sabio no tanto.

PP: No disimule, es público que posee uno de los coeficientes más elevados de las últimas generaciones del PSOE. Además ahora que sabemos que los altos son más felices y ricos que los bajos, según la universidad de Princeton, ¿qué nos va a quedar si no a los bajitos?

E.G: Princeton me ha dado el disgusto de la semana. Saber tan tarde que mis limitaciones venían de mi estatura me ha servido sin embargo para consolarme. Una amiga me dijo: "Princeton ya no es lo que era". Y yo siempre hago caso a las amigas. Bueno, en general.