Jairo Miguel sale a hombros en Mérida

Mérida.-  El torero cacereño Jairo Miguel salió a hombros de la Plaza de Toros de Mérida en la primera corrida de feria, en la que Luis Bolívar paseó una oreja y Santiago Ambel Posada se fue de vacío.

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(EFE)

El diestro Jairo Miguel da un pase con el capote a uno de sus astados durante la corrida de la Feria de Mérida en la que ha compartido cartel con Ambel Posada y Luis Bolívar, y se han lidiado toros de la ganadería de San Miguel.

Se lidiaron cinco toros de San Miguel de bonita hechura y juego desigual -el segundo fue protestado por carecer de fuerza y el tercero y cuarto fueron pitados en el arrastre- y uno de Juan Manuel Criado, en sexto lugar, que levantó la tarde.

La corrida fue televisa por Canal Extremadura TV y la plaza registró un cuarto.

Luis Bolívar, una oreja. Palmas.

Santiago Ambel Posada, vuelta al ruedo. Silencio.

Jairo Miguel, saludos. Dos orejas.

Luis Bolívar apechó con el toro que abrió plaza, bien hecho, pastueño y parado que fue de menos a más ayudado por la insistencia del colombiano, en una faena movida de la que destacó la voluntad.

Con el cuarto de la tarde, que salió corretón, sin fijeza y falto de casta, poco pudo hacer, salvo intentarlo allí a donde iba el animal huyendo de la presencia del torero.

Santiago Ambel Posada se enfrentó a un toro bajo de agujas, flojo y protestado al que hubo de cuidar dándole tiempo para lograr cuajar algunos muletazos de buen ver transformando los pitos en palmas.

Nada pudo hacer con el bronco y deslucido quinto de la tarde a pesar de exponer su integridad física aguantando las asperezas y arreones del morlaco.

Una lidia muy precipitada por parte de los subalternos tuvo el primer toro de Jairo Miguel, un enemigo complicado al que se entregó pespunteando muletazos sueltos de cierta calidad, sin llegar a cuajar la faena deseada que en toro no le permitió.

Cerró plaza un toro que levantó el ánimo de los espectadores por su encastado proceder, ante el que el joven torero no se amilanó, aunque no le superara del todo, pero sí lo suficiente para lucirse en algunos momentos de la lidia, en especial por el pitón izquierdo, arrancando los aplausos del público en tan anodina corrida.