La principal preocupación de Sanidad es que bajen las donaciones de sangre por la gripe

Madrid.-  La viceconsejera de Asistencia Sanitaria, Ana Sánchez, señaló hoy que la principal preocupación de la Consejería de Sanidad madrileña respecto a la gripe A1HN1 es que desciendan las donaciones de sangre a causa de la pandemia.

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(EFE)

La viceconsejera de Asistencia Sanitaria, Ana Sánchez, señaló hoy que la principal preocupación de la Consejería de Sanidad madrileña respecto a la gripe A1HN1 es que desciendan las donaciones de sangre a causa de la pandemia. EFE/Archivo

En declaraciones a Efe, Sánchez subrayó que este descenso se produciría en caso de que fueran afectados por la gripe A los donantes habituales, que, en ese caso, al estar enfermos, no podrían donar sangre.

La incidencia de la gripe A "afecta a la donación, en el sentido de que, al haber más personas enfermas, afecta también a los donantes, que no podrían hacer tantas donaciones como hacen habitualmente".

"El impacto (de la gripe A) es sobre el número de donantes. Esa es nuestra principal preocupación, que el número de donantes se vean afectados por la gripe y no puedan donar con la periodicidad habitual", dijo Ana Sánchez, quien subrayó que no será "en ningún caso porque vaya a haber sangre contaminada".

"Si hay una tasa de ataque de la gripe del 25 % en el pico epidémico, las donaciones podrían bajar en una proporción parecida, por lo cual, tenemos que atraer a otras personas que no son donantes habituales y que pueden suplir a los donantes enfermos", agregó.

En cualquier caso, si la gripe evolucionase en virulencia y se alcanzara la fase 3 de la epidemia -caso poco probable, según la evolución actual de la enfermedad-, una de las medidas que se adoptarían sería la suspensión de las operaciones quirúrgicas en los hospitales, explicó.

La suspensión de intervenciones podría alcanzar el 70% de las operaciones, si se alcanzar la fase 3 de expansión de la gripe, pero "no es previsible que entremos en la fase 3", según Sánchez.

En mayo, apenas dos semanas después de que la Organización Mundial de la Salud declarara alerta pandémica, los datos con los que se contaba "eran muy alarmantes y se desconocía la morbimortalidad del nuevo virus", de forma que los planes que se elaboraron partían de retrasar o suspender las operaciones quirúrgicas programas no urgentes hasta en un 70%.

De hecho, si se diera una evolución de esa magnitud de la gripe, serían esas las medidas que se adoptarían, pero "desde entonces el comportamiento del virus ha traído una constante adaptación de las actuaciones recogidas en el plan de preparación y respuesta a la gripe".

"Ahora, las actuaciones se plasman en protocolos que están en constante revisión y en planes de contingencia de los hospitales y centros de salud, que son herramientas más flexibles para adaptar la actuación de cada centro a la demanda", indicó.

"La mayoría de los casos de gripe A tiene un cuadro clínico leve y responden bien a los tratamientos, por lo cual creemos que las estimaciones de impacto en actividad asistencial no son las que se preveían en mayo", explicó.

En cualquier caso, "va a haber muchas personas afectadas, pero serán casos leves y podrán resolverse mediante la central de coordinación de llamadas del 112 y la asistencia en centros de salud y equipos de urgencia extrahospitalaria".

La mayor parte de los casos de gripe "van a poder ser tratados en el nivel de atención primaria por lo que las repercusiones en la actividad programada en los hospitales serán muy baja, similar a la de la gripe estacional".

Cada hospital "tiene previsto lo que tiene que hacer según el impacto en cada centro y dependerá de cómo esté de saturación y presión de urgencia. Habrá días que tenga que desprogramar y otros días que no", manifestó.