La manipulación de la naturaleza humana centra el Festival Ars Electronica

Linz (Austria).-  La manipulación de la naturaleza humana y la revolución digital centran la trigésima edición del prestigioso festival Ars Electrónica, que abrió esta noche sus puertas en la ciudad austríaca de Linz, Capital Europea de la Cultura 2009.

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(EFE)

"Reactable", mesa de sonidos creada en la Universidad española Pompeu Fabra (UPF), recibió el premio más importante del mundo en arte digital, el Golden Nica del festival Ars Electronica de Linz (Austria). EFE/Archivo

Descubrir utopías hechas realidad, desentrañar el mecanismo de nuestra mente, adentrarse en estructuras microscópicas vitales, interactuar con robots y aprender a modelar objetos en un escritorio con ayuda de un ordenador, son algunas de las aventuras que pueden vivir los visitantes del certamen hasta el próximo martes.

Pero también los problemas y conflictos de la vida moderna, desde el agotamiento de los recursos naturales y el cambio climático, hasta la creciente explotación de las personas que viven en precarias condiciones, son tema de estas creaciones y debates.

Genes humanos en clones de flores o la instalación "Drink.Pee.Drink.Pee.Drink.Pee" que, en la Bruckner Haus de Linz, revelan la relación de la orina humana con los fertilizantes, o la contabilidad de los barriles de petróleo que se extraen a diario, despiertan la conciencia del lado problemático del desarrollo.

Y escalofríos causa la visión expuesta de seres humanos utilizados como tierra de cultivo para nuevos productos farmacéuticos, o un zapato hecho de látex de la propia piel del artista, que se contrae y se mueve como un pie.

"Human Nature" (Naturaleza Humana) es el lema del festival, uno de los más importantes en el campo del arte cibernético a nivel mundial, y también el título de su principal exhibición, expuesta en el nuevo Centro Ars Electronica (AEC), a orillas del Danubio.

Es aquí donde, entre otros, se presenta un nuevo ser, de nombre HI-1, que, entre robot y clon, constituye una copia calcada de su creador, el investigador japonés Hiroshi Ishiguro, invitado especial del festival.

Ishiguro y su equipo querían un robot que pueda captar y copiar los rasgos y expresiones humanas, lo consiguieron y bautizaron a la nueva especie como "Geminoide", inspirados en la palabra latina para gemelo, pues su definición es la de un robot que existe como clon de una persona real.

Sentado en una mesa de café del Centro Ars Electrónica, HI-1 responde a las preguntas de los visitantes, con los mismos gestos y expresiones de Ishiguro, que le han sido transmitidos a través de una innovadora tecnología, así como gracias a un truco (una persona que escucha y responde las preguntas a través del robot).

Aunque sin duda es una de las estrellas de Ars Electronica, el geminoide es sólo un ejemplo de las múltiples posibilidades, nuevas dimensiones y conflictos que aparecen con el desarrollo de las tecnologías y la manipulación de la naturaleza humana.

Muchos más pueden verse en los 3.000 metros cuadrados de superficie de exposición interactiva del AEC, o en la Brucknerhaus y otras salas de Linz, que invitan a descubrir y jugar con la más avanzada tecnología, las imágenes y el propio cuerpo.

El visitante puede caminar con los ojos cerrados gracias a una cinta-radar con sensores que alertan mediante una presión cuando se acerca a un objeto, interactuar con un robot, influir en otro, clonar una planta en un laboratorio, o viajar y conectarse con seres a miles de kilómetros de distancia.

En las tres décadas desde la fundación de Ars Electrónica, "las corrientes de datos que nos invaden y circundan" se han convertido ya en una segunda naturaleza y entorno del ser humano, recordó hoy Gerfried Stocker, director del festival.

Por eso, y "para no perder de vista el futuro", los organizadores del certamen lo han "vuelto a inventar", relegando a un segundo plano los temas de internet y arte mediático de las ediciones pasadas, y concentrándose más en las "Life Sciences" ("Ciencias de la Vida"), añadió.