La corrupción tiene en la picota a la clase política israelí

Jerusalén.-  La corrupción tiene en la picota a la clase política de Israel, donde desde el domingo un ex presidente se ha sentado en el banquillo de acusados, un ex jefe de gobierno ha sido procesado y dos ex ministros han ingresado en prisión.

Lo expeditivo de la justicia no es nuevo y tiene tradición en Israel pero nunca se habían acumulado tantas denuncias, imputaciones y encarcelamientos en tan poco tiempo y por sumarios que afectan a quienes han asumido las más altas responsabilidades del Estado.

Los que han salido peor parados por ahora son dos antiguos titulares de varias carteras, Shlomo Benizri y Abraham Hirchson, que empezaron hoy a cumplir penas de cuatro y cinco años y medio, respectivamente, por delitos cometidos como servidores públicos.

Benizri fue ministro de Sanidad de 1999 a 2000 antes de serlo de Trabajo de 2001 a 2003, e ingresó en el presidio de Masiyahu, cerca de Tel Aviv, tras ser encontrado culpable de aceptar sobornos por ofrecer información privilegiada a un contratista local.

Miembro del partido ultra ortodoxo Shaas, Benizri dijo antes de entrar en la celda que "he pedido a mis hijos que sigan la Torá", el libro sagrado judío y la parte del Antiguo Testamento que narra desde la creación del mundo hasta el Exodo liderado por Moisés.

"Me servirá para ser fuerte en este sitio oscuro", agregó.

Titular de las carteras de Turismo de 2005 a 2006, de Comunicaciones en 2006 y de Finanzas de 2006 a 2007, Hirchson ingresó en la cárcel de Hermon, en el norte de Israel, después de haber sido encontrado culpable de un rosario de acusaciones.

Además del robo de 1,8 millones de shekels (unos 325.000 euros) a la Organización Nacional de Trabajadores, los cargos por los que cumple condena incluyen el fraude, la obtención ilícita de fondos, el lavado de dinero y la falsificación de documentos.

Militante del partido centrista Kadima, de carácter laico, Hirchson no quiso hacer declaraciones a la prensa.

Esta mañana se desarrolló también un capítulo más de la causa que protagoniza el ex presidente Moshe Katsav, quien volvió a escuchar desde el banquillo el testimonio de dos de las tres funcionarias que han trabajado con él y le acusan de violación y abuso sexual.

La vista se celebró en un tribunal de Tel Aviv y tuvo lugar a puerta cerrada para preservar la identidad de las víctimas.

Integrado en el partido Likud, conservador y laico, Katsav fue ministro de Turismo de 1996 a 1999 y ejerció la máxima magistratura de 2000 a 2007 aunque no pudo finalizar el mandato debido a la proliferación de denuncias sobre su comportamiento.

Katsav fue imputado en marzo pero lo largo e intrincado del proceso hace prever que tarde en dictarse sentencia.

Asimismo tres asuntos, en su caso de apropiación ilícita, conducirán a los tribunales al ex jefe de gobierno Ehud Olmert.

Tras meses de investigaciones que le forzaron a presentar la dimisión hace casi un año, Olmert fue formalmente imputado el domingo de prácticas corruptas en las tramas conocidas como "Rishon Tours", "Sobres en Efectivo" y "Centro de Inversiones".

Las tramas se remontan a cuando el antiguo jefe de gobierno, que pertenece al partido Kadima, fue alcalde de Jerusalén durante una década, de 1993 a 2003, y ocupó a continuación, de 2003 a 2006, el puesto de ministro de Comercio, Industria y Trabajo.

La fiscalía considera tener pruebas de que en esos trece años Olmert cometió, entre otros delitos, el de fraude y el de obtención fraudulenta de beneficios mediante la duplicación y triplicación de facturas de gastos que efectuaba en viajes con su familia.

Pero la serie de escándalos puede que no quede ahí.

Porque la policía recomendó a principios de mes que la justicia procese también al líder del partido xenófobo y ultraderechista Israel Beitenu y actual ministro de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, por sospechas de cohecho y blanqueo de dinero.