Resignación sin rencor en el entierro de la primera víctima de gripe A en Andalucía

Asila (Marruecos).-  Resignados ante una muerte inesperada, los familiares de Nayat Eddaheri, la marroquí que se convirtió en la primera víctima de la gripe A en Andalucía, se despidieron hoy de la mujer sin intenciones de emprender acciones legales por su fallecimiento.

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(EFE)

Familiares de Nayat Eddaheri, la marroquí que se convirtió en la primera víctima de la gripe A en Andalucía, durante el entierro llevado a cabo en la localidad septentrional de Asila, de la que era natural.

"Ha sido una sorpresa para todos, pero no quiero pensar mal", aseguró su hermano Mustafá tras el entierro de Nayat en la localidad septentrional de Asila, de la que era natural.

"Tal y como se han comportado con ella, no veo nada ilegal. Han hecho todo lo que han podido y además no quiero terminar mal con nadie", subrayó Mustafá.

La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía asegura que falleció por complicaciones de la gripe AH1N1 y que la paciente tenía dos factores de riesgo en relación con el virus, una "obesidad bastante importante" y padecía también hepatitis, según señaló el pasado 22 de agosto la titular de la cartera, María Jesús Montero.

Pese a que la familia no se da por satisfecha con estas explicaciones y considera que desde el principio no se les ha informado de manera clara, acoge lo ocurrido con resignación.

"Somos de Dios y a Dios regresaremos, y si Dios la quiere con Él...", consideraron los hermanos de Nayat, Yusef y Mustafá.

Un centenar de personas les acompañó hoy durante el entierro de esta mujer de 39 años, que falleció en el hospital de Valme de Sevilla el pasado 22 de agosto tras haber dado a luz a una niña tres días antes.

Hace menos de dos meses su compatriota Dalila Mimuni falleció en el hospital Gregorio Marañón de Madrid y se convirtió en la primera víctima de gripe AH1N1 en España, también tras haber alumbrado a un bebé, Rayan, que falleció dos semanas más tarde por un error médico.

Y como en aquella ocasión, el cuerpo de Nayat fue despedido hoy al ritmo monótono del canto "no hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta".

Su esposo, Abdeslam El Faiti, y sus dos hijos mayores, junto a numerosos amigos y vecinos, se acercaron hasta la casa familiar para velar el cuerpo, antes de trasladarlo a la mezquita de Hasán II, en la que pronunciaron varias oraciones por ella, coincidiendo con el tercer rezo del día, "Al Aasr".

A continuación, las mujeres volvieron a casa de la madre de Nayat y los hombres se dirigieron en procesión hacia el cementerio, situado en lo alto del pueblo, donde le dieron sepultura.

La repatriación ha corrido a cargo de la Fundación Hasán II para los Marroquíes Residentes en el Extranjero pero la alcaldía de Alcalá de Guadaíra, en la que residen, también se ha comprometido a colaborar con la familia.

"En Alcalá nos han dicho que nos van a echar una mano, y lo agradecemos mucho", aseguró Mustafá, no obstante, el único incentivo con el que cuentan ahora es la recién nacida.

"La niña ha supuesto una alegría muy importante para todo el mundo, es una niña guapísima, tiene la cara de su madre y por eso hemos preferido ponerle su nombre", señaló Mustafá.

Su estado es bueno y "prácticamente ya tiene el alta", según indicó su tío, quien apuntó que tan sólo se retrasa debido al impedimento temporal del padre de ocuparse de ella por motivos laborales.

"Estamos intentando que vaya mi madre para quedarse con la niña y con los otros dos", apuntó Mustafá, y precisó que no volverán a España hasta que ella reciba el visado, por lo que están pendientes del Consulado.

Hacía ocho años que Nayat vivía en España y todos se refieren a ella como una mujer "fuerte, grande y sana" que no había padecido ningún problema de salud.

"Era una mujer de un gran corazón que desde siempre ha luchado por su familia y todavía no nos podemos creer que la hayamos perdido", afirmó Mustafá, sin fuerzas, pero lleno de recuerdos.

Alejandra Linares-Rivas