"Desgracia", la dura y asfixiante atmósfera de Coetzee plasmada en imágenes

Redacción Internacional.-  "Desgracia" ("Disgrace") es uno de los libros más conocidos del Nobel sudafricano J.M. Coetzee, una historia dura y asfixiante, a priori, muy difícil de llevar al cine, pero cuyo espíritu ha quedado bien plasmado en la adaptación cinematográfica de Steve Jacobs.

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(EFE)

El director de cine Steve Jacobs ha adaptado "Desgracia" ("Disgrace"), uno de los libros más conocidos del Nobel sudafricano J.M. Coetzee. EFE/Archivo

La historia se desarrolla en Sudáfrica, donde un profesor universitario de literatura, David Lurie (John Malkovich), obsesionado con el sexo, decide ir a visitar a su hija Lucy (Jessica Haines), que vive sola en una granja en una zona donde la violencia entre blancos y negros es un elemento más de la vida diaria.

Jacobs no necesita contextualizar la historia para saber que la acción se desarrolla en la fase posterior al "apartheid", en el momento en el que la violencia sufrida por la población negra durante tantos años de dominación blanca ha cambiado de lado y las víctimas han pasado a ser los verdugos.

Tan inexcusable es esa violencia y rabia como la falta de reacción de los otrora dominantes blancos, especialmente de la hija del protagonista, que acepta ser el objeto de los odios y de las venganzas, en una suerte de expiación de los pecados cometidos por su raza.

Jessica Hines realiza una estupenda interpretación de un personaje difícil de entender que se empeña en aceptar golpes de forma innecesaria ante la mirada impotente de su padre, un Malkovich que borda su papel como en él es habitual.

Malkovich dota a su personaje de una justa cantidad de antipatía por sus relaciones casi forzadas con jovencitas, pero no demasiada, para permitir que el espectador le acepte al mismo ritmo al que su vida se transforma a través del sufrimiento de su hija.

Con la ayuda de unos paisajes áridos, de una belleza sobrecogedora, y de la escasez de personajes, Jacobs traza una narración lenta y pausada en la que el sol, la arena y el miedo se convierten en protagonistas.

Unos encuadres muy ajustados que favorecen la sensación de angustia, una fotografía que permite sentir cómo el sol aplasta la vida y un montaje al servicio de la acción, son elementos colaboradores en la adaptación de la novela de Coetzee.

Una película que no está destinada al gran público y que se estrena mañana en España y en fechas aún por determinar en Latinoamérica.

Alicia García de Francisco