Marsé, Millás, Vicent y Montero escriben para Cruz Roja sobre universalidad

Madrid.-  Doce escritores, entre los que figuran Juan Marsé, Juan José Millás, Manuel Vicent, Rosa Montero y Joan Margarit, han secundado el llamamiento de Cruz Roja y han reflejado en breves palabras su visión del concepto de universalidad, con motivo del Sorteo de Oro que se celebra el 23 de julio en Ceuta.

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(EFE)

El escritor Juan Marsé. EFE/Archivo

La elección de Ceuta no es casual. En esa ciudad, la de las cuatro culturas, conviven desde hace siglos musulmanes, cristianos, hebreos e indios, y Cruz Roja quiere compartir con los ceutíes una fiesta por la solidaridad y el entendimiento y, también, invita a reflexionar sobre el principio de universalidad, uno de los siete que caracteriza a esta organización.

Para ello, y según informa a Efe esta institución, desde el 15 de julio los ciudadanos de Ceuta pueden escribir en paneles repartidos por toda la ciudad su parecer sobre este concepto. Sus citas decorarán las Murallas Reales el día de la trigésima edición del Sorteo de Oro, como también lo harán las elaboradas por los escritores que han colaborado con Cruz Roja.

Además de los autores ya mencionados, han dado su opinión sobre la universalidad Javier Cercas, José María Ridao, Elvira Lindo, Javier Reverte, Boris Izaguirre, Ignacio Martínez Pisón y Espido Freire.

"Universalidad es ser capaz de sentir lo que cualquier otro ser humano siente", escribe Rosa Montero, cuya visión coincide en parte con la de Reverte: "Universalidad significa sentirse hermano de todo hombre y mujer en el empeño de construir un mundo más libre y justo".

Ridao aprovecha la ocasión para hacer una advertencia: "Los valores universales no son una revelación, sino una búsqueda permanente. Abandonar esa búsqueda abre paso al más ciego fanatismo".

Algunos de los autores aluden a su labor literaria al dar su opinión sobre este concepto. Es el caso de Juan Marsé, para quien "una de las razones del escritor es reinventarse el mundo continuamente, modificarlo", o de Martínez Pisón: "escribir es estar yendo y viniendo entre lo universal y lo particular. ¿Por qué el viaje se nos hace corto y largo a la vez?"

Y también de Javier Cercas: "La novela no aspira a la verdad de los hechos, sino a una verdad moral o universal, que es la verdad a la que siempre aspira la literatura".

Para Vicent, "la historia universal sucede todos los días en quinientos metros a tu alrededor. En ese espacio, en ese tiempo, hallarás a todos los héroes, a todos los villanos, todas las tragedias, algunos instantes de felicidad y todo el azar".

Más gráfica es la reflexión de Millás, quien imagina "la complejidad simple del universo como la de un inmenso calcetín: unas veces está de un lado y otras de otro sin que sepamos cuándo ni por qué"; y de carácter más abstracto, la de Espido Freire: "¿Qué son ellos sin nosotros? Sin ellos no somos nada. Nada hay entre ellos y nosotros".

Joan Margarit no puede ocultar que es poeta cuando escribe sobre universalidad: "Quizá un lejano Ulises murió en Troya/, y quizá lo lloró alguna mujer,/ pero en el sueño de un poeta ciego/ continúas salvándote:/ en la frente de Homero, riguroso,/ eterno, cada vez que rompe el alba/ un solitario Ulises desembarca".

Si lo particular es para Elvira Lindo "el nombre de una calle, la luz de un paisaje, el olor de una comida de tu infancia", lo "universal es el hombre que camina por el mundo, los ojos que contemplan la felicidad o la desgracia y la capacidad para evocar el pasado".

El texto más largo de todos lleva la firma de Boris Izaguirre, quien al principio del mismo se pregunta si "la universalidad es lo mismo que la Globalización" y espera que no lo sea, porque "la Globalización es un concepto mediocre, inestable al mismo tiempo que esclavizante. El universo es siempre libertad, a eso suena, así debe verse".