Un escritor no leerá textos en las escuelas por negarse al control antipedófilos

Londres.-  El conocido escritor británico Philip Pullman, autor de la trilogía "La Materia Oscura", no podrá seguir leyendo sus textos en las escuelas del Reino Unido al negarse a ser controlado para un banco de datos de presuntos pedófilos.

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(EFE)

Foto de archivo sin fechar del conocido escritor británico Philip Pullman, autor de la trilogía "La Materia Oscura", que no podrá seguir leyendo sus textos en las escuelas del Reino Unido al negarse a ser controlado para un banco de datos de presuntos pedófilos. EFE/Archivo

La exigencia gubernamental de someter a un control de ese tipo a todo aquel que vaya a hablar en una escuela da a entender a los jóvenes que "el mundo es un lugar siniestro y repugnante, donde todo el mundo sólo pretende asesinarlos o violarlos", afirma Pullman, citado hoy por el diario "The Daily Telegraph".

Los controles los llevará a cabo la llamada Independent Safeguarding Authority (ISA), creada por el ministerio del Interior a raíz del asesinato en 2002 de dos escolares de diez años por un empleado del colegio que frecuentaban.

A partir de noviembre de 2010, los 11,3 millones de personas que trabajan con niños y adultos vulnerables, incluidos maestros y voluntarios, tendrán que pasar por ese filtro.

Según Pullman, el Gobierno laborista "ha ido demasiado lejos" al exigir el registro de voluntarios que tienen sólo un contacto fugaz con los niños.

Pullman, cuyo libro "Luces del Norte" fue llevado al cine con el título de "The Golden Compass" ("La Brújula Dorada"), califica esa medida de "insultante y, en mi opinión, innecesaria".

"Me niego a ser cómplice de cualquier sistema que dé por supuesta mi culpabilidad", afirma el escritor, que fue antes maestro.

Bases de datos como ésa sólo puede "corromper la visión que los niños tienen del mundo" y darles a entender que deben adoptar una "actitud, no de confianza, sino de suspicacia", critica el autor.

Según un portavoz del ministerio del Interior, no se trata de penalizar a nadie, pero cualquier persona que tenga "contactos más que esporádicos con los niños" o adultos vulnerables tendrá que pasar ese filtro, con el que sólo se pretende proteger a la infancia.