Báñate con arte en el FIB

BENICASSIM.-  Podría parecer que a los fibers no les gusta el arte, o bueno, que tienen una extraña manera de mostrar su amor por las nuevas manifestaciones artísticas que se exhiben en el FIB Heineken. Y es que no ha llegado ni al miércoles una de las obras del FIBArt, la creada por el Colectivo Paranoia y titulada Ritmo H2O. Se trataba de una inmensa plataforma de flotadores que se mecían tranquilamente con el ritmo del mar frente a la playa de Voramar. En la tarde del martes se comenzó a ver a multitud de fibers armados con las múltiples piezas que lo conformaban para, en la mañana del miércoles, comprobar que apenas quedaban unos pocos flotadores aún ensamblados en el agua. Miedo a nadar, total interactuación con el arte en sí o vaya usted a saber, pero parece que Ritmo H2O ha quedado clausurada de momento.

Lo cierto es que FIBArt, abierto a todos los públicos desde el lunes 13, sí que está teniendo una buena aceptación por parte de fibers y anónimos viandantes sin pulsera acreditativa. A lo largo de toda la playa de Voramar, un tanto alejada quizás de donde los autobuses dejan a los sufridos campistas, se van sucediendo las obras de una manera más o menos inesperada. Primero nos reciben las farolas envueltas en celofán naranja de Marlon Azambuja, experto en esta técnica. Quizás hay que mirar demasiado hacia arriba y no queda muy claro el mensaje. Sigamos caminando bajo ese sol de justicia que cae en Benicàssim desde casi las nueve de la mañana...

En el horizonte se ven los restos de flotadores pero, sobre la arena, nos espera una de las representaciones más celebradas y que más curiosos atrae del FIBArt, la enorme toalla de rayas del colectivo OTU OYO. Muchos curiosos se acercan para toquetearla tímidamente hasta que al final se tumban sobre ella y disfrutan, literalmente, como enanos ante este sobredimensionado complemento playero.

Siguiendo esta línea de estética tan estival llegamos a la creación de Natalia Ángel, Happiness, que directamente nos vende felicidad. Se trata de unos paneles de publicidad ficticia que nos ‘venden’ en producto perfecto en una botella: tiene un 0% de cafeína, calorías y tristeza, por sólo 0,99 euros. Hablamos con la artista, muy gratamente sorprendida con la acogida que está teniendo su falso anuncio. Cuenta que mientras instalaba su obra en el paseo marítimo, muchos viandantes —veraneantes de toda la vida en su mayoría— le preguntaban que dónde se vendía realmente, que si regalaban muestras para probarlo y que si de en serio funcionaba. Era obvio que no habían captado la ironía pero, al menos mostraban curiosidad y aportaban ideas como que sí que se podía vender realmente felicidad embotellada. Desde luego que si quería hacer pensar a la gente, lo ha conseguido.

Otra de las muestras para todo el mundo del FIBArt viene motorizada, en forma de dos furgonetas que conforman el título, Yes Positive. Es una instalación en la cual el usuario no tiene más que sentarse en los asientos de los vehículos y ver el vídeo que allí se proyecta, obra del artista holandés Gerald Van Der Kaap. En él un médico aconseja a un personaje de género desconocido (no se sabe si es hombre o mujer) que se quiere hacer la prueba del VIH porque ha realizado prácticas de riesgo. En realidad, se trata de un espacio más divulgativo que otra cosa que pretende concienciar sobre el sexo seguro y la necesidad de realizarse este test ante cualquier duda de haber contraído el virus. Ubicada los primeros días en la playa y, cuando comiencen los conciertos, a las afueras del recinto, quiere llamar la atención sobre la relajación que se ha producido en la última década sobre el contagio del sida. Resulta sorprendente ver cómo los fibers entraban con cierta desconfianza a las furgonetas para verlos salir un tanto conmocionados después de la proyección. Sugerencia para la organización: el año que viene, además, se deberían regalar condones, todo un éxito de crítica y público como se ha podido ver en otras ediciones.