Un herido en un encierro de los sanfermines dice que no volverá pero no culpa a nadie de lo ocurrido

Pamplona.-  El ingeniero de la NASA ya jubilado Elías Sánchez Pérez, de 61 años, que sufrió un traumatismo en el tórax en el encierro del viernes 10 de julio, evoluciona favorablemente en la planta del Hospital de Navarra a la espera que le retiren en los próximos días los drenajes que tiene en el pulmón.

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(EFE)

Efectivos de la Cruz Roja trasladan a uno de los mozos herido en uno de los encierros de los pasados sanfermines. EFE/Archivo

Residente en Houston (EEUU), Sánchez ha afirmado en una entrevista a EFE que todavía tenía un poco de sangre en los pulmones y que una de las costillas fracturadas la tenía clavada en el pulmón, aunque "con los ejercicios que estoy haciendo voy mejorando poco a poco".

Era la primera vez que corría los encierros de San Fermín, y según ha comentado "nunca más voy a correr, no voy a volver a Pamplona más porque ya obtuve lo que uno puede obtener, aunque no culpo a nadie porque yo fui el que decidí meterme allí".

La razón por la que vino a Navarra era porque su hijo le animó a correr juntos y, de paso, celebrar en Pamplona que se había graduado ya que disponía de un piso para varios días que le correspondió como premio tras participar en una subasta benéfica.

Elías Sánchez, que se ha definido como un hombre "vivo y atlético", no se podía imaginar que "con tantos miles y miles de personas" fuera él uno de los heridos ya que "la probabilidad es muy pequeña, además el toro tiene muchas oportunidades y no sabe quien es quien".

A pesar de que el estadounidense había establecido una estrategia dos días antes y de que siguió las instrucciones de un amigo pamplonés de correr de un edificio a otro por la pared, no pudo evitar ser arrollado por el toro.

Se encontraba en Mercaderes cuando dejó de correr y se cayó, para cuando se levantó ya tenía al toro encima.

"Le vi la cara como a dos metros, me dio un golpe con la pata en el pecho, y en ese momento tuve tanto dolor que sólo puede rodar para llegar a la cerca para que me pudiesen atender", comenta.

El mejor recuerdo que tiene es "que cuando me lastimé estaban encima para atenderme; la verdad es que el trato que me dieron en los cuidados intensivos fueron superiores".

La única sugerencia de Sánchez para mejorar la seguridad "es tener más salidas o lugares donde una persona pueda esconderse" y como ejemplo señala la posibilidad de "poner cada unos metros un poste tras otro donde el toro no pueda entrar y la gente que esté lastimada o que no pueda correr se pueda proteger".

Por eso dice que con esta experiencia que se lleva de los Sanfermines para toda la vida, "para contarle a los hijos, a estos les recomendaría que no corriesen y si deciden correr, que seleccionen un tramo del recorrido donde puedan salir fácil".

Además ha resaltado que a pesar de tener unos diez libros de encierros, "uno nunca puede establecer una conexión entre la realidad y el peligro, son animales realmente peligrosos".

Por eso, ha destacado, "cualquier persona inteligente debe de saber que no debe jugar con un animal, y aunque haya tantas fotos, libros e historias, hay que ser consciente del peligro que se corre".