Calles en Tegucigalpa siguen solitarias, pese a suspensión del toque de queda

Tegucigalpa.-  Tegucigalpa y la vecina Comayagüela, que integran la capital de Honduras, intentan retornar a su vida nocturna después de levantarse el toque de queda que estuvo vigente hasta el domingo pasado, aunque son pocos los que se observan caminando o en sitios de esparcimiento.

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(EFE)

En una zona de Comayagüela, situada a medio camino de las colonias consideradas "peligrosas", porque operan las temidas pandillas o "maras", un grupo de policías controlaba a los motociclistas. EFE/Archivo

Pasadas las once de la noche, cuando entraba en vigor en los últimos días la prohibición para la circulación de vehículos y personas, la soledad se adueña de las calles, mientras numerosas patrullas de la policía se desplazan por las ciudades "gemelas".

En una zona de Comayagüela, situada a medio camino de las colonias consideradas "peligrosas", porque operan las temidas pandillas o "maras", un grupo de policías controlaba a los motociclistas, en tanto que unos metros más adelante se observaba a unos jóvenes que disputaban sin problemas un partido de fútbol.

"Le pedimos documentación y verificamos que no viajen armados, porque a veces desde las motos se cometen la mayoría de asesinatos", relató a Efe una mujer policía que acompañaba el operativo y quien prefirió el anonimato.

Para los policías, varios de ellos con fusiles automáticos, se trataba de un operación de rutina, mientras que los motoristas apoyaban los controles, pese a que más de uno debió esperar por la verificación de sus datos.

"Son muy buenos estos operativos de control", aseguró Luis, un joven universitario, quien, consultado sobre la situación del país, aseguró lacónicamente: "Yo no me quedo ni con (el nuevo presidente Roberto) Micheletti, ni con (el gobernante depuesto Manuel) Zelaya".

No obstante, admitió que Honduras necesita un "cambio en su estructura política" y en el concepto de democracia que hasta ahora se ha impuesto, por considerar que se requiere "escuchar al ciudadano".

"'Yo creo que 'Mel' (como le conocen en el país a Zelaya) estuvo en el momento justo y en el lugar justo", afirmó, al considerar que el mandatario depuesto "logró, pese a todo, despertar a la gente".

En la zona del bulevar del norte y la entrada a la colonia "3 de mayo", uno de los conductores que esperaba para entregar su documentación expresó su rechazo rotundo al retorno de Zelaya, quien fue derrocado por los militares el pasado 28 de junio y enviado a Costa Rica.

"Ojalá las Fuerzas Armadas asuman el poder, que eso es lo que se necesita", declaró, aunque se abstuvo de suministrar su identidad.

En Tegucigalpa eran pocos los que se veían en el bulevar Morazán, una zona conocida por sus sitios de diversión, que ahora agradecen el retorno de sus clientes.

"Están bien las ventas", dijo con un tono de alivio una mujer desde su puesto callejero de "perros calientes".

Sin embargo, el baile no lleva el mismo ritmo para todos, ya que a escasos metros de esa venta callejera permanecían a la espera de un cliente dos conjuntos de mariachis, que se habían declarado "damnificados" por el toque de queda.

"No hemos hecho nada hasta ahora", aseguró René, quien no descartó que la gente "todavía tenga miedo de salir".

En la plaza central, frente a la catedral de Tegucigalpa, un taxista que prefirió identificarse con su apellido Santos, se quejó del toque de queda, que -a su juicio era un "estado de sitio", y advirtió que se le estaba violando el derecho al trabajo.

"Apenas hacíamos el 20 por ciento de lo producido normalmente", explicó, pese a admitir que los ingresos por jornada "son variables".

Uno de sus compañeros, próximo a cumplir 51 años, lamentó la situación del país y la suya, tras recordar que es contemporáneo con el desaparecido "rey del pop", Michael Jackson.

"Pero aquel (Jackson) tenía 'pisto' (dinero) y yo aquí acabado", sentenció, tras comentar que lo mismo ocurre con los países: unos extremadamente ricos y otros muy pobres.