Esta cumbre es una ruina

No acaba de estar claro qué pretendía Berlusconi al congregar a los líderes del G-8 en L'Aquila. Incluso las víctimas del terremoto están enfadadas por la última ocurrencia de Il Cavaliere. Lo cierto es que el lugar parece el escenario perfecto para simbolizar la crisis económica global y la crisis política que vive Italia.

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SHAWN THEW (EFE)

Las ruinas del Palacio del Gobierno son una metáfora visual de la crisis política italiana.

Valores simbólicos. Eso tienen las imágenes y ésta en concreto está cargada de ellos. Tenemos, por un lado, al todopoderoso presidente de los Estados Unidos y, por otro, al primer ministro italiano. Arriba y abajo. Un político en todo su esplendor y otro en la miseria. Alguien que maneja la fotografía a su favor junto a un experto en meterla hasta el hombro cuando se pone frente a las cámaras.

Obama nunca se hubiera dejado retratar de este modo, enseñando a otro, que a su lado parece una caricatura, las miserias de su casa en ruinas, de su 'Palazzo del Governo' caído. Y otro detalle, el presidente del país más poderoso se arremanga para levantar una nueva ciudad; el acabado primer ministro pone expresión de señorito espantado por las grietas.

¿Pero cómo se llega a esta metáfora? ¿Cómo el representante de un país al que quieren dejar fuera del grupo de los más influyentes del mundo se deja retratar en semejante escenario? Los políticos son capaces de todo por aparecer en algunas fotografías y habrían de ser también cuidadosos para no aparecer en otras.

La cumbre del G8 iba a tener lugar en La Maddalena, en la isla de Cerdeña. Ya se habían gastado unos euros en hacer algunas 'obrillas' para el evento. Pero el terremoto de L'Aquila con 294 fallecidos —en el que Berlusconi se cubrió de gloria diciendo a los supervivientes alojados en tiendas de campaña que se lo tomaran como "un fin de semana de camping"—, hizo que se cambiaran los planes. Las cámaras han hecho justicia y han mostrado que hay otros terremotos.

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CIRO FUSCO (EFE)

Esta foto nos recuerda a cierta película de Kubrick.

Y otra metáfora. Dejamos las ruinas. Estamos dentro de la nave espacial. Los escenógrafos italianos han puesto los Apeninos —de donde partieron Marco y su mono— como fondo. El jefe pilota una reunión que ya hemos visto. Sí, era en esa película que aquí se tituló '¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú'; pero podría ser en cualquier otra de ciencia o de ficción. Se admiten sugerencias.