En 2008 se registraron 4.800 peticiones de ayuda por problemas de violencia en el seno familiar

Cuenca.-  Un total de 4.800 familias de la región pidieron ayuda a lo largo de 2008 por problemas de violencia en el seno familiar, según ha explicado hoy en Cuenca el consejero de Salud y Bienestar Social, Fernando Lamata.

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(EFE)

El defensor del Pueblo de Castilla-La Mancha, José Manuel Martínez Cenzano. EFE/Archivo

Lamata, que ha participado en un curso sobre los menores ante la violencia, organizado por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y por el Defensor del Pueblo de Castilla-La Mancha, ha dicho que los problemas de violencia en la familia "tradicionalmente han sido de padres que pegan a sus hijos", pero que se está dando cada vez más el de niños que pegan a los padres.

La aparición de este tipo de violencia de los menores hacia los mayores se debe a muchas causas que no se pueden simplificar, pues hay muchas situaciones diferentes y también cuenta la evolución de la propia sociedad, ha señalado Lamata.

Según el consejero de Salud y Bienestar Social, "la sociedad está muy acelerada, estamos todos muy acelerados y estamos cambiando pautas de comportamiento de forma muy rápida" e incluso está cambiando la propia composición de las familias.

También se ha referido a la incorporación de las mujeres al trabajo asalariado, que aunque tiene muchos efectos positivos en la sociedad, "como en muchas ocasiones la mayor presencia de la mujer en el ámbito laboral fuera de casa no se compensa con una mayor presencia del varón".

El resultado "es que hay menos padres en casa para estar con los hijos, hay menos tiempo de padres que se sustituye con horas de tele, de ordenador o de otro tipo de influencias que no son los padres", ha añadido.

Así, "la socialización, el aprendizaje de pautas para convivir pacíficamente, se traslada a esos otros socializadores", que según Lamata, en muchos casos "están trasmitiendo pautas de agresividad, de una competencia exagerada".

Son modelos estéticos y modelos de éxito "que tienen que ver con gente que insulta a otra gente, por ejemplo", ha apuntado Lamata, quien ha advertido que "estas pautas las aprenden críos con dos, con tres y con cuatro años, que están viendo que eso sirve para sobrevivir y para tener éxito".

Hay una mayor conflictividad "que hace que aparezca una figura paterna muchas veces devaluada y una figura infantil que no tiene esa pauta de guía que le va a orientar", ha asegurado Lamata.

Ha abogado por hacer una labor preventiva, porque en su opinión "se pueden atender las situaciones de violencia o de conflicto cuando ya se han producido, pero sería bueno que dedicáramos también reflexión y tiempo a intentar analizar las causas de estas situaciones de conflicto y de violencia".