Expiró el escritor, queda la obra

Barcelona.-  Uno de los grandes de la literatura, un clásico, un mallorquín universal, una fuerza de la naturaleza e incluso un genio, calificativos empleados por muchos de los que viven con consternación la muerte del escritor Baltasar Porcel, que han remarcado, sin embargo, que ahora queda su ingente obra, monumental e inacabada.

Expiraba ayer por la tarde Baltasar Porcel en el hospital Clínic, a los 72 años, tras recaer del cáncer que le habían diagnosticado en el año 2006, y empezaba a trascender que estaba trabajando en una obra que quería fuera una novela negra con aspectos sociales, ambientada en un pueblecito de Mallorca y con un guardia civil con un perro como personaje central, que iba a llevar el título de "Els crims de la Casa Santa" (Los crímenes de la Casa Santa).

En una entrevista con Efe en octubre de 2008 había avanzado que, a diferencia de "Cada castell i totes les ombres" (Cada castillo y todas las sombras), su última novela publicada, muy estructurada y vital, este nuevo título tendría "mucho de movimiento absurdo".

La editora de Edicions 62 Pilar Beltran ha comentado que la nueva novela parte de un cuento del propio Porcel que había publicado hace unos años y que ahora había retomado para este proyecto que no ha podido terminar.

Amigos y conocedores de su trayectoria literaria y vital se han pronunciado sobre el legado que quedará para el futuro, aseverando el crítico literario e historiador Joaquim Molas que fue "una fuerza de la naturaleza, que convirtió la vida en gran literatura", mientras que el poeta Álex Susanna cree que con su energía "moral, psicológica y lingüística ha construido un mundo narrativo como pocos en los últimos 25 años en Europa".

Ambos han coincidido en que obras capitales suyas son "Les primaveres i les tardors" (Las primaveras y los otoños), "Mediterrània: onatges tumultuosos" (Mediterráneo: oleajes tumultuosos" o "L'àguila daurada" (El águila dorada), en la que recoge sus entrevistas a personajes que van de Josep Pla a Salvador Dalí o Jordi Pujol.

Otros, como el joven Melcior Comes han recordado que Porcel vivirá dentro de sus libros y allí estará explicando cosas. "Perdurará, algo que era su máxima aspiración", ha apostillado.

El mismo Porcel en una entrevista en TV3, difundida de nuevo anoche, decía que él "era lo que era" por ser "hijo del libro. Sin los libros sería otro", llegando a aseverar al principio de la conversación con el periodista Emili Manzano que "sería una cabra".

De aquella conversación, hoy es lapidaria otra de las frases que pronunciaba: "para trascender necesitas un elemento exterior, necesitas la cultura".

Por sus actividades públicas al frente del Instituto Catalán del Mediterráneo, la clase política también ha querido tener un último recuerdo para Porcel y son significativas las palabras de su amigo y ex-presidente de la Generalitat, Jordi Pujol.

Pujol ha recordado que el fallecido escritor planteaba "temas con un punto incisivo, con un punto de agresividad que, a veces, ha molestado a unos o a otros, pero que ayudaba a reflexionar, a que no te durmieras, a que no te amodorraras, a que no pensaras que lo hacías tan bien".

La capilla ardiente de Baltasar Porcel se instalará mañana en el Palau Moja de Barcelona, entre las 10.00 y las 19.00 horas, y será enterrado el sábado en su pueblo natal de Andratx, en una ceremonia que la familia quiere íntima.

Será la despedida de un autor fundamental de la literatura catalana, creador de un mundo trágico y poético que retrató con un lenguaje vigoroso y rico, y que encontró en el Mediterráneo y la sociedad mallorquina el eje de la proyección de las pasiones humanas.