Phnom Penh.- Bou Meng, uno de los testigos de las atrocidades cometidas por el Jemer Rojo, afirmó hoy ante el tribunal para el genocidio de Camboya, que la última vez que vio a su mujer, fue posando aterrorizada ante la cámara de los torturadores del centro de Tuol Sleng, poco antes de ser ejecutada.
El camboyano Bou Meng, uno de los superviviente del principal centro de torturas del Jemer Rojo, durante su declaración ante el tribunal internacional para el genocidio de Camboya, en Phnom Penh, Camboya, hoy miércoles 1 de julio.
Durante su comparecencia en el juicio contra Kaing Guek Eav, alias Duch y director del centro durante el régimen del Jemer Rojo, Bou Meng relató como perdió a su mujer cuando la pareja fue detenida e ingresada en Tuol Sleng.
De manera meticulosa, el Jemer Rojo fotografió a cada una de las más de 14.000 víctimas, incluidos niños menores de un año, que pasaron por Tuol Sleng para ser interrogados y después asesinados en el centro de exterminio de Choeung Ek, a las afueras de Phnom Penh.
"Esta (la hecha por los torturadores) es la única fotografía que tengo hoy de mujer", dijo Bou Meng con la voz entrecortada por los sollozos, y en alusión a la foto que encontró muchos años después del Holocausto, expuesta en las paredes el museo del genocidio, justo a otros cientos.
Las víctimas de Tuol Sleng, al que eran enviados los detenidos por la policía política, figuran entre las 1,7 millones de personas que murieron durante el régimen del Jemer Rojo a causa de la hambruna, las enfermedades o las purgas ordenadas por los máximos dirigentes de la organización radical.
Bou Meng, un pintor de 68 años que salvó la vida porque el Jemer Rojo le encargó producir retratos del máximo líder, Pol Pot, explicó a los jueces del tribunal auspiciado por Naciones Unidas cómo fue azotado con látigos durante horas y toda una semana, para que confesara ser un agente de la CIA, la agencia estadounidense de espionaje.
"Me dijeron que contara los latigazos, y cuando una vez conté hasta diez, se me preguntó que porque decía diez si solamente había recibido uno", apuntó el testigo en la vista del juicio contra Duch, acusado de crímenes de crímenes de guerra y contra la humanidad, torturas y asesinato premeditado.
Bou Meng es uno de los 14 presos que fueron encontrados con vida en Tuol Sleng cuando las tropas vietnamitas invadieron Camboya en enero de 1979 y pusieron fin a casi cuatro años de régimen genocida de Pol Pot, fallecido en 1998 en la jungla del noroeste del país.
El testigo, tercero que el tribunal llama a declarar, relató que antes de que fuera detenido con su mujer en 1976, ambos estuvieron en los campos de trabajos forzados, en los que formaron parte de las cuadrillas que construían canales, diques, y en ocasiones plantaban hortalizas.
El testimonio de Bou Meng, quien ahora se gana la vida pintando murales budistas, siguió a los de otros dos supervivientes de Tuol Sleng, el también pintor Van Nath, de 63 años, y el ex mecánico Chum Mey, de 79 años.
De ser declarado culpable de los delitos que se le imputan, Duch, de 66 años, puede ser condenado a la pena máxima de cadena perpetua.
Duch es el funcionario de menor rango que está siendo juzgado. Todavía deben comparecer Khieu Samphan, ex jefe del Estado; Nuon Chea, el "hermano número dos" e ideólogo del Jemer Rojo; Ieng Sary, ex ministro de Exteriores, y su esposa Ieng Thirit, ex titular de Asuntos Sociales.
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