Si eres jefe de los espías, deberías conocer a tu enemigo

Durante la Segunda Guerra Mundial las autoridades estadounidenses ordenaron la realización de un documental, firmado por el mismísimo Frank Capra, que se llamaba 'Conoce a tu enemigo'. Al margen del maniqueísmo y las exageraciones propagandísticas, esta película, que buscaba motivar a las tropas, subrayaba la importancia de tener en cuenta con quién se juega uno los cuartos.

CNI, dígame.

Alberto Saiz, director del CNI, parece haber descuidado esta máxima. "Tiene enemigos dentro de la organización que a nadie le gustaría tener en contra", nos dice un especialista en servicios de inteligencia. Y es que quienes han filtrado las noticias sobre las supuestas corruptelas de Saiz son miembros del servicio y, por lo tanto, gente cuyo trabajo consiste precisamente en eso: conseguir y gestionar la información.

"Es la primera vez desde 1977 que un grupo de gente importante dentro del cuerpo se rebela al considerar que se está siguiendo el camino equivocado, lo que ha llevado a denunciar (ya se verá si de forma veraz) una serie de comportamientos del director", nos cuenta también Fernando Rueda, autor de varios libros sobre el CNI.

¿Qué puede ser lo que ha causado tanto malestar dentro del servicio secreto? Las explicaciones que ha dado Alberto Saiz ante la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso resultan algo vagas: "problemas internos", "resistencias al cambio", "adhesiones al proyecto"... ¿Qué se esconde bajo este lenguaje?

Las razones de la disidencia

Al hablar de problemas internos, a juicio del primer analista consultado, el director del centro se está refiriendo a la existencia de un grupo disidente que nació como respuesta a las continuas reestructuraciones de personal y que motivaron el relevo de hasta 40 altos cargos durante los primeros cinco años de gestión de Saiz. Y eso a pesar de que los analistas consultados coinciden en que uno de los grandes activos para un agente secreto es la experiencia y la estabilidad en el cargo, lo que permite cimentar contactos y conseguir un mayor volumen de información.

La causa de esta movilidad es, a juicio de los expertos, un "exceso de personalismo" por parte de Alberto Saiz, quien ha valorado en muchos casos las adhesiones personales por encima de la experiencia, un planteamiento que coincide con la versión del sector disidente. La disputa ha alcanzado altas cotas de surrealismo como demuestra el episodio del polígrafo, pues se habla de que el director del CNI llegó a someter a sus subordinados a la 'máquina de la verdad' para descubrir a los espías díscolos, un extremo que no fue confirmado ni desmentido por el propio Saiz en el Congreso.

Las acusaciones sobre el uso de recursos públicos para fines privados son el reflejo de un malestar que viene de lejos pero que ha estallado tras la renovación de Saiz al frente del CNI. Y es que muchos esperaban que el Gobierno no prolongara su mandato. "La gente se sentía incómoda pero guardaba silencio por disciplina. Ahora, ante el panorama de estar otros cinco años a las órdenes de Saiz, sus detractores han estallado", según nos explica la primera de las fuentes.

Otra de las acusaciones que se han vertido contra Saiz es la de haber 'colocado' a familiares y amigos en el cuerpo, un extremo difícil de comprobar porque la identidad del personal del CNI se mantiene en secreto por ley. "El precio de la confidencialidad ha convertido al CNI en un auténtico 'Guantánamo burocrático'", llega a afirmar el Blog de Derecho Público de Sevach.

Siempre se ha hablado de endogamia en el seno del grupo, algo que reconocen los dos especialistas. "Eso es absolutamente cierto". Entre los más de 3.000 trabajadores que hay en el cuerpo de inteligencia los apellidos se repiten con frecuencia. Hay quien lo explica por el nepotismo y hay quien lo justifica asegurando que simplifica las contrataciones y ayuda a preservar el secretismo que es necesario para el buen funcionamiento de la organización.

Los logros de Saiz

(EFE)

El servicio secreto, al descubierto.

También se ha hablado mucho en estos días acerca del "modelo" o del "proyecto" que ha querido implantar Saiz durante su mandato. Entre los logros más valorados de los últimos cinco años se reconocen la intensificación de la lucha contra el tráfico ilegal de personas, con un descenso de la actividad mafiosa, así como los progresos en la lucha antiterrorista (con notables mejoras en materia de islamismo y con la detención de 'Txeroki' como grandes hitos).

El especialista Fernando Rueda considera que durante el mandato de Saiz también ha conseguido dotar al CNI de más medios y ha llevado a cabo un proceso importante de modernización. Sin embargo, el propio experto considera que se ha llegado a una "situación insostenible" de conflictividad interna, por lo que "la única solución real es la dimisión de Saiz y empezar una nueva etapa".

De momento, la lucha se libra en el Congreso. El portavoz socialista José Antonio Alonso ha asegurado hoy que la documentación que ha entregado Saiz evidencia que no ha existido "ningún tipo de ilegalidad ni de uso de fondos públicos con finalidades privadas". Mientras, la ministra Chacón ha anunciado que investigará su conducta.

Por su parte, el Partido Popular quiere llevar al director del CNI a explicarse ante la Comisión de Defensa, ya que consideran que la información que apunta hacia irregularidades por parte de Saiz no tiene el carácter de secreto de Estado, ya que no pone en juego intereses nacionales, de modo que debe explicarse en público y no en privado, como ha hecho ha ocurrido ante la Comisión de Secretos Oficiales.

Desde luego, este caso encierra una clara paradoja. Y es que los servicios secretos, que deberían guiarse por los principios de la prudencia y la discreción, se han situado en el centro del debate político y no dejan de ocupar la primera plana de la información nacional.