A 'gosar' sin complejos

El éxito de crítica y público de M.I.A. con su primer disco, 'Kala', fue muy polémico. Para muchos sonaba a reggaeton. Hoy, la fobia al sonido latino parece superada. El Guincho ha triunfado con sus referencias tropicales en medio mundo, Róisín Murphy participa en un disco de música cubana y el indie-rocker Jack Peñate saca un álbum excelente de música brasileña.

A Jack Peñate lo indie-rocker no le quita lo latino.

Cuando Beck, que siempre ha fusionado los géneros más pintorescos, metía un arreglo latino en alguna de sus canciones, el guiño era visto como una broma, una boutade muy acorde con el tono jocoso y humorístico de su música. Hoy, dejando atrás la idea de que sólo Ricky Martin y Enrique Iglesias se dedican al género, puede hacerse totalmente en serio.

El giro en la carrera de Jack Peñate, que antes era un rockero britpopero garajero más, ha horrorizado a algunos. De hecho, no está repitiendo con este disco los éxitos que consiguió con el primero. Canciones como 'Torn On The Platform' o 'Second Minute Or Hour' llegaron a ser top 20 o incluso top 10 en Reino Unido, mientras que el nuevo single, 'Tonight's Today', no ha pasado del puesto 23.

Sin embargo, ha demostrado, aparte de su versatilidad para producir música de diferentes estilos, que se puede hacer música latina sin tener que cantar sobre "mueve mueve", "bombas", "corazones latinos" y "carambas". En realidad, la música latina siempre ha llevado dentro el ritmo y el calor de la sensualidad, pero estas tres cosas no tienen por qué ser malas. También se pueden explotar mejor, o simplemente bien.

'Everything Is New' no es un disco de música latina que pueda interesar a los fans de Shakira o a Emilio Estefan. Hay canciones más electrónicas o puramente pop, influidas también por la música independiente (recientemente Peñate ha dicho que se ha inspirado en los Smiths. Curiosamente Morrissey también ha incluido guitarras españolas en su último disco), pero canciones como 'Give Yourself Away' dan el pego totalmente en cualquier chiringuito.

También hay un lado más dramático en el disco de Jack, latente en canciones como 'Body Down'. En cierta medida, podríamos pensar que usa su faceta de músico sufrido cantando sobre sus desgracias para dignificar la música latina, de la misma manera que Calexico se han ido acercando más hacia México a medida que sacaban discos o Devendra Banhart se ha ido acercando cada vez más a Venezuela, donde vivió de pequeño tras nacer en Texas, antes de mudarse a California. Porque el drama siempre tira más y resulta más creíble, aquí, en Hollywood y en todas partes.

Pero no hace falta. Han sido muchos los artistas que han utilizado en los últimos años rasgos playeros para hacer música de calidad sin recurrir a la tragedia. Lily Allen, que tanto le pegaba al ska y al reggae al principio, hizo de su canción más veraniega, 'LDN', uno de sus mayores hits. Y el disco que se acaba de editar llamado 'Revolution', en el que productores modernos como Marius DeVries, Norman Cook o Róisín Murphy ejecutan sus canciones junto a músicos latinos, es básicamente un disco festivo, housero y hedonista como las remezclas más animadas de Cesaria Évora.

Aunque en Latinoamérica siempre se ha hecho música de calidad, desde Jobim a La Lupe pasando por las deliciosas melodías de Kaoma y las canciones ásperas de Paquita la del Barrio, es cierto que llevábamos mucho tiempo sin acordarnos, probablemente como consecuencia de unos años 90 totalmente carentes de calidad en el género. Suerte que ahora tenemos a artistas como El Guincho y sucedáneos como Extraperlo que nos recuerdan que bailar sin camiseta y descalzo sobre la arena no tiene por qué ser malo. ¡Yo también quiero 'gosar'!