¿La Bundchen ha perdido su mojo?

No lo decimos nosotros; lo dicen las cifras. Y es que la super-mega-híper modelo Gisele Bundchen parece que está perdiendo ese tirón que la convertía en la modelo mejor pagada del mundo. No lo decimos nosotros sino las cifras; su portada desnuda en la portada de mayo de Vanity Fair, fotografiada por Mario Testino, fue anunciada a bombo y platillo. Sin embargo, ha sido la edición menos vendida de los últimos dos años de tan prestigiosa publicación. ¿Será que Gisele ha perdido su mojo?

¿En serio no pagarías por ver este reportaje?

La vida laboral de las modelos es efímera, son consideradas como ‘veteranas’ apenas alcanzan la treintena. Son muy pocas las que continúan trabajando pasada esta edad, y menos aún las que viven una segunda juventud.

No sólo Vanity Fair se ha llevado un batacazo en mayo con la portada de la brasileña, sino que Harper’s Bazaar a sufrido algo parecido en abril tal y como hemos podido saber recientemente. Elle y Glamour Alemania deben estar temblando ya que la top iba a protagonizar sus cabeceras del mes de julio, aunque a lo mejor tiene un poco más de suerte al otro lado del charco.

Lo cierto es que hay muchos motivos para afirmar que Gisele Bundchen, de 30 años, ya no tiene tanto tirón. Uno de los más obvios podría ser su sobreexposición en los medios del corazón durante los últimos meses. Recientemente casada con el jugador de béisbol Tom Brady, su boda fue todo un escándalo con tiros y guardaespaldas incluidos. La propia interesada afirma que son todo rumores, pero las páginas de cotilleos e información más general ya sólo hablan de ella cuando se trata de asuntos sentimentales, rumores de embarazos, que si se está apropiando del hijo de su marido o que si gana muchísimo dinero. Pero de su trabajo se sabe más bien poco. Últimamente sólo se prodiga cuando se trata de promocionar esas chanclas que diseña y con cuyos beneficios se realizan proyectos de reforestación en el Amazonas. Su faceta profesional también está vinculada últimamente a la firma Colcci, de la cual es imagen, y hoy mismo hemos sabido que desfilará para ella en la próxima Sao Paulo Fashion Week junto a Jesus Luz, el boytoy de Madonna. Ni qué decir tiene que el veinteañero novio de la judía avara es mucho más interesante mediáticamente que esta buena mujer: ¿irá a verlo desfilar su novia? ¿Se llevará a Lourdes María para que aprenda de las modelos?

Otro motivo por el cual Gisele ya no resulta muy interesante podría ser que la gente se ha hartado de ver su magnífico cuerpo desnudo. En efecto, su visión es siempre agradable, pero su trasero está ya más visto que el TBO y su desnudez ya no sorprende por muy hermosa que sea. Hasta de una cosa así te puedes aburrir si la has visto tantas veces.

Todo menos un icono de estilo.

Por si fuera poco, la bella Giselle tiene un gran defecto fuera de las pasarelas que la hace menos interesante aún: no es un icono de estilo. Mientras que otras tops como Kate Moss o (nos guste más o menos) Agyness Deyn son muy imitadas y admiradas en su tiempo libre por su forma de vestir y complementarse, la Bundchen destaca más bien por su normalidad. Ella se gasta sus millones en otras cosas pero no en ropa y accesorios que la conviertan en trendsetter. Cuando no le han hecho estilismo, su uniforme es básicamente camiseta blanca y vaqueros, absolutamente sencilla y sin apenas llamar la atención. Vamos, como haría cualquier mujer en su tiempo libre con la diferencia de que ella vive de su imagen y, qué remedio, probablemente le corresponda cuidarla aunque sea un mínimo cuando no está trabajando. Hasta su pelo es exactamente el mismo desde que comenzó su carrera. ¿Alguien se acuerda del peinado de Kate Moss hace sólo un año?

Las compradoras de revistas buscan un modelo a imitar o, como mínimo, a quien intentar parecerse. Un personaje aspiracional que lleve ropa bonita (si además la diseña para una cadena de bajo coste, mejor que mejor) y con un estilo original y a la última. Las nuevas tops son más humanas, cometen errores y no son tan perfectas como la Bundchen, absolutamente inalcanzable. Los compradores buscan una tía buena que, por supuesto Gisele es, pero que ya tienen muy vista.

Desde luego que la modelo sigue siendo una mujer escultural y de bellísimos rasgos, pero la popularidad hay que trabajarla día a día. Y la normalidad está reñida con la fama de todas nos guste o no.