"Que me pidan 35 años por un robo es que no me entra en la cabeza"

Toledo.-  Los abogados defensores de cuatro hombres acusados de asaltar en 2006 un chalé en Seseña (Toledo) -y de maniatar a una familia mientras robaban- han resaltado hoy en el juicio que las penas pedidas por la fiscalía son desproporcionadas, así como han destacado varias deficiencias en los reconocimientos.

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(EFE)

Dos de los cuatro acusados, tres ciudadanos colombianos y uno francés, de allanamiento de morada, robo con violencia, tenencia y uso de armas y detención ilegal, a su llegada hoy a la Audiencia Provincial de Toledo donde se celebró el juicio en el que el fiscal pide para los acusados 48 años de prisión en total por el asalto a un chalé de Seseña (Toledo) en enero de 2006.

"Que me pidan 35 años por un robo es que no me entra en la cabeza", ha concluido el único acusado que ha querido hablar en el juicio, José Robert M.O., que ha dicho que confía en la Justicia pero que eso no se lo puede explicar a su hijo.

Esos 35 años de cárcel son los mismos que la fiscalía pide a su vez para los otros tres acusados (el francés François S.R.D. y los también colombianos Yeferson R.J. y James Emilio Z.R.), aunque para dos de ellos lo eleva a 37, por poseer una escopeta recortada y por un delito de lesiones.

Para cada uno pide cinco por el allanamiento de morada y el robo con violencia -de objetos valorados en unos 8.000 euros-, a lo que suma otros seis años por cada una de las cinco detenciones ilegales (secuestros), que duraron casi una hora, al matrimonio del chalé y a tres de sus hijos, que tenían 14, 10 y 4 años entonces.

José Robert también ha lamentado que pidan para él más del doble de años "por un robo" que los que piden por un asesinato "al lado".

Ésa ha sido su forma de referirse, probablemente, al juicio de violencia machista celebrado a la misma hora en otra sala de la Audiencia, en el que la fiscalía solicita quince años a un hombre por la muerte de su mujer.

"Que se me acuse porque una única persona me señale...", ha sido otra frase de José Robert antes de que el juicio haya quedado visto para sentencia, después de prolongarse durante casi tres horas.

Esa única persona a la que el acusado se refería es el propietario del chalé asaltado, quien ha testificado en el juicio detrás de un biombo.

Ha relatado que llegó a casa de trabajar y le esperaban unos siete hombres armados, algunos de ellos encapuchados, que le obligaron a entrar y le ataron con bridas los brazos, al igual que a dos de sus hijos, mientras le preguntaban dónde estaban la caja fuerte y la plata (el dinero).

Aproximadamente media hora después, cuando ya se iban, llegó su mujer con el hijo pequeño, y de nuevo se repitieron el maniatado y las amenazas, mientras se llevaban objetos, como joyas, relojes y videojuegos.

El hombre ha relatado que recibió una patada en una rodilla, así como ha afirmado que tenían acento colombiano, acento que conoce porque tiene vecinos de esa nacionalidad.

"Revolvieron todo menos las lámparas, hasta cortaron jamón y bebieron cocacolas", ha declarado.

También ha asegurado su convencimiento en que no se ha equivocado en las identificaciones que hizo a la policía mediante fotos y ruedas de reconocimiento.

No obstante, ha titubeado en varias ocasiones sobre otros recuerdos.

No así su esposa, que ha declarado a continuación, también tras un biombo, y ha mostrado más firmeza en sus recuerdos y mejores detalles en sus explicaciones.

Ella ha reiterado que recordará toda su vida a tres de los asaltantes: al que le abrió la puerta, al que le dio un vaso de agua y a un tercero porque era "alto y feísimo".

Varios de los cinco policías que han declarado en el juicio han indicado que no conocen que se le mostraran a las víctimas vídeos en los que aparecieran sospechosos.

Pero esto ha sido puesto en duda por un abogado, quien ha expuesto una teoría sobre "recuerdos inducidos", aquellos provocados en víctimas a las que se muestran muchas fotos y vídeos.

En este sentido, ha subrayado que los policías no levantan acta de cuando enseñan fotos a las víctimas si éstas resultan con identificaciones negativas.

También este abogado, que defiende a tres acusados, ha dicho que más que de una detención ilegal, al ser corto el lapso, se trataría de robo con intimidación.

La abogada de François ha considerado que policías y fiscal se han fijado en asaltos anteriores atribuidos a estos acusados y "han hecho un 'cortaypega' de la investigación" y "han metido a todos en el mismo saco".

Asimismo ha destacado que su defendido tiene acento francés y ha pedido que las detenciones ilegales se subsuman en el robo, porque fue "por el tiempo imprescindible para acometer el hecho".